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El prelado se prepara para su apostolado con clases de francés y árabe

El padre Agrelo se despide de sus feligreses rodeado de afecto

El nuevo arzobispo de Tánger se trasladará a la ciudad marroquí en un plazo de dos meses

El padre Agrelo, ayer, en un momento de la homilía en la iglesia de la localidad de Trabadelo

Publicado por
Paula Díaz - corresponsal | trabadelo
León

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Con mucha emoción contenida y muchas felicitaciones por parte de sus feligreses, el padre Santiago Agrelo comenzó a despedirse ayer en Trabadelo de sus parroquianos, después de que el Papa Benedicto XVI le haya nombrado arzobispo de Tánger. La puerta de la pequeña iglesia de esta localidad del Bierzo Oeste se convirtió en el escenario donde los vecinos de Trabadelo con sinceros abrazos mostraron a la vez la alegría por la noticia del nombramiento de su párroco y la tristeza por su marcha, programada para dentro de dos meses. Una escena que ayer tuvo lugar en Trabadelo y Pereje, pero que seguramente se repetirá en Balboa, Barjas, Busmayor, Corrales, La Portela, Lindoso, Moldes, Vega de Valcarce, Villasinde y así hasta los veinticinco pueblos de la comarca berciana donde este franciscano gallego fue durante los últimos años uno de los tres párrocos encargados de la labor pastoral. Una nueva misión «Espero que con vuestra oración me acompañéis toda mi vida, porque después de más de un año con vosotros, ya formáis parte de ella», decía el padre Santiago Agrelo a sus feligreses, a la vez que declaró sentirse «contento e ilusionado» con su nueva misión, ya que «allí creo que voy a realizar el tipo de trabajo que yo estoy acostumbrado a hacer aquí en las parroquias» y que no es otro que el contacto con la gente, algo que, confiesa, se le da muy bien. «Mis feligreses dicen que soy cariñoso y humano y creo que es lo que se espera de mí allí», en Tánger, un lugar donde los fieles católicos, unos 2.500 aproximadamente, son tantos como feligreses en la zona oeste de la comarca de El Bierzo, aunque se trata de «una comunidad muy viva, que siente mucho la fe, yo creo que por el hecho de vivir en un ambiente que no es cristiano». En este sentido, Agrelo es consciente de que también está llamado, dentro de ese mismo estilo humano y cariñoso, a ser un contacto con el mundo musulmán. Pero, por el momento y hasta su partida, el padre Santiago Agrelo tiene también una nueva labor, además de despedirse de sus feligreses bercianos y sus alumnos compostelanos, puesto que en Santiago ejerce de profesor de Liturgia y Teología Espiritual en el Instituto Teológico, practicar su francés y, desde luego, aprender árabe. «Mis feligreses dicen que soy muy cariñoso y humano y creo que eso es lo que se espera de mí en Tánger» SANTIAGO AGRELO Arzobispo de Tánger