Losantos polariza la gala y asegura que «la crispación de la radio es la crispación de España»
Ponferrada despide los Micrófonos consolidada como sede permanente
Cristóbal Halffter le pide a Luis del Olmo que continúe en las ondas al entregarle su galardón
Ponferrada se despidió ayer de la alfombra roja y del desfile de famosos que ha traído la entrega de los Premios Micrófono de Oro, convencida que la participación masiva en los actos de la Semana de la Radio y la respuesta del público ante la presencia en la ciudad de las estrellas del mundo audiovisual han consolidado su posición como sede estable de los galardones que concede la Federación de Asociaciones de Radio y Televisión. «La Semana de la Radio ha sido un rotundo éxito y no se debe a otra cosa que todos los ponferradinos, sin los ciudadanos no hubiera tenido éxito», agradeció ayer el concejal Luis Antonio Moreno, ejerciendo de portavoz municipal. Moreno no teme por la continuidad de la gala y el propio Luis del Olmo, artífice de que su ciudad se haya convertido en la sede de los premios, ha asegurado que la entrega de los galardones no se moverá de Ponferrada y será su herencia a los ponferradinos. La gala, con más de 1.500 comensales en el pabellón del Toralín y retransmitida en directo por las televisiones del grupo Vocento, sirvió para que un nutrido grupo de rostros conocidos de la radio, la televisión y el espectáculo se pasearán por Ponferrada, pero tuvo dos nombres propios en Luis del Olmo, premiado este año por la Federación, y Federico Jiménez Losantos, con cuyo premio no ha estado de acuerdo el locutor berciano y que polarizó la noche recibiendo alusiones de otros premiados como Boris Izaguirre o Fernando Ónega, antes de cerrar la fiesta recogiendo el último de los galardones. Losantos, aplaudido tras agradecer a Del Olmo que le ofreciera su primera oportunidad en la radio, se defendió de quienes le reprochan su tono airado asegurando que «la crispación de la radio es la crispación del momento que vive España». Y respondiendo a Boris Izaguirre, que le recordó que en una democracia hay sitio para todos, dio a entender que su virulencia le está pasando factura. «No recuerdo una situación en la que se produjeran en España actos de repudio, listas negras y nombramientos de personas non gratas. Eso no es democracia, Boris», afirmó. Del Olmo ejerció de anfitrión y aceptó el saludo de Losantos a pesar de los ataques que ha sufrido del locutor de la Cope. Pero evitó polemizar sobre el escenario. «Si tenemos que desenterrar el hacha de guerra, no va a ser en mi pueblo, no va a ser en este lugar y no va a ser en este momento», dijo tras agradecer a Losantos su «tono dialogante» y dejando claro que no está de acuerdo «con algunas de sus observaciones». El momento más emotivo de la gala había llegado, sin embargo, minutos antes, cuando el compositor Cristóbal Halffter le entregó a Del Olmo el Micrófono de Oro y el locutor tuvo que pedirle al pabellón que dejara de aplaudirle. «Siempre has tenido un micrófono de oro», le dijo Halffter para rogarle que siguiera en las ondas. «Te necesitamos», aseguró solemne.