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Publicado por
JOSÉ ÁLVAREZ DE PAZ
León

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ADEMÁS de la proverbial querencia de los candidatos a subirse por las paredes y por los decibelios, suele aflorar en las campañas electorales la propaganda subliminal o la simplemente descarada, como es el caso del folleto que la Junta de Castilla y León ha enviado a todos los hogares de tan extenso como invertebrado y dual territorio, sobre la suerte de vivir aquí gracias a las políticas desarrolladas por la Junta «en los últimos años», de apoyo a la familia, acceso a la vivienda para jóvenes y fomento del empleo. El folleto llega precisamente el día que comienza la campaña electoral, no en los últimos meses o años, y viene a portes debidos, no financiado por el partido gobernante, sino con los impuestos de todos los ciudadanos. Por eso digo que es una propaganda descarada que coincide con una encuesta que otorga un respaldo mayoritario al gobierno del señor Herrera. Debo ser un menchevique irredento, porque no podría darle yo un aprobado a este gobierno, precisamente en esos tres capítulos que cita, aunque sin llegar al cero patatero que popularizó el famoso humorista J.M. Aznar. Lo cierto es que cuando observo a los gobernantes autonómicos, en sus visitas al Bierzo, me recuerdan el talante huero de los gobernadores civiles de la dictadura cuando venían a Noceda a comer cordero en la pista de Ernesto, a ponderar los encantos de nuestras mujeres y admirar nuestra rica gastronomía. Hablan más del vino, ese nuevo oscuro objeto de deseo electoral, que de las carencias crónicas de la periferia. Conociendo los últimos datos sobre emigración masiva de nuestros jóvenes, que no será necesario reproducir aquí, y la relación intratable de su salario medio con los precios de la vivienda, la imagen de la pareja de jóvenes exultantes que hacen el signo de la victoria jugando con la uve de vivienda, parece un sarcasmo no menos sangrante que jalear las políticas de apoyo a la familia, las más testimoniales y tacañas de toda la Europa comunitaria, si exceptuamos algunos beneficiarios de la última ampliación. Es verdad que la eliminación del impuesto de sucesiones para herencias directas es una ventaja fiscal para quienes hereden, eso ya lo sabíamos antes del folleto, como sabemos que la hipoteca de una vivienda nueva cuesta en León 75.500 euros más que hace cuatro años. Pero airear la deducción de 246 euros por familia numerosa en un territorio donde hay que buscarlas con un candil, parece un dispendio de dómine cabra.