La supuesta postal del Papa quema

«No pondría la mano en el fuego». Así de claro se expresa el perito calígrafo José Joaquín Simón cuando se le pregunta si puede autentificar la letra del Papa Benedicto XVI, entonces cardenal Ratzinger, en la ya famosa postal recibida por el hospitalero de Molinaseca, Afredo Álvarez, en el verano del 2000. Simón, en conversación con este periódico, mostró su sorpresa porque su nombre haya vuelto a salir a la escena pública dos años después de que saltara la polémica con la elección de Ratzinger, quien supuestamente habría firmado la postal como «futuro Papa Benedicto XVI» después de haber pasado una noche en el albergue, discutiendo de Teología con el hospitalero cuando realizaba el Camino de Santiago de incógnito. El perito realizó entonces una comparación entre la letra de la postal y una firma de Ratzinger tomada de un vídeo de TVE, y aunque encontró alguna similitud, ha insistido en que necesita documentos originales para cotejar las firmas. También ha negado que haya realizando un informe pericial, ni haber tenido contacto en dos años con el hospitalero, que recientemente convocó una singular rueda de prensa para asegurar que Simón autentificaba la firma.