El Museo del Bierzo celebra su décimo aniversario con fotografías de Xurxo Lobato

Hay quien le llama el alquimista del Camino de Santiago, así que no debe extrañar que el fotógrafo gallego Xurxo Lobato haya detenido su ojo una vez más en el Bierzo para recoger el paso de los peregrinos y atrapar las sombras de sus iglesias, de sus puentes, y sus castillos en una nueva exposición que ya se puede visitar en la cripta del Museo del Bierzo. La muestra de imágenes inéditas y en color de Lobato, que ya ha expuesto fotografías del Camino en la misma sala, permanecerá abierta en la antigua cárcel de la calle del Reloj hasta finales de septiembre y es la primera actividad que sirve para conmemorar el décimo aniversario de la creación del actual Museo bajo la dirección de Jesús Courel. Las imágenes de Lobato, reproducidas en color, redescubren las tonalidades del Bierzo y resaltan su condición de frontera, lugar de paso y tierra de leyendas y filandones. No en vano, la fotografía que sirve de reclamo de la exposición en los folletos -un viejo portón entreabierto, con la madera tachonada con adornos de metal y la imagen desenfocada de una anciana que nos mira desde las sombras de un cuarto- se puede contemplar como una metáfora del paso del tiempo y de la memoria popular. Lobato, nacido en La Coruña, pero unido al Bierzo por vínculos familiares en Pieros y Cacabelos, se deja fascinar por los contrastes de «una olla circunvalada de montañas», según definió ayer a la comarca durante la presentación de la muestra, en un acto que contó con la presencia del concejal de Cultura, Manuel Rodríguez, y del propio Jesús Courel. Una vista área de Las Médulas, una estampa nocturna el nuevo puente sobre el Boeza en Ponferrada, los viñedos rojos sobre un fondo de montañas nevadas, un Castro Ventosa, o una explosión de colores florales, en primavera o una montaña que es continuación de una trenza blanca, son algunas de las imágenes que recoge la muestra.