Fabero vuelve a estar conectado con la C-631 tras cinco meses de espera

Después de permanecer cerrada al trafico durante cinco meses y 19 días, ayer viernes se reabrió al tráfico rodado de la carretera LE-715 entre Fresnedo y Fabero, tras haber desviado el trazado del vial para evitar los deslizamientos del terreno que frecuentemente se venían produciendo a la altura del kilómetro dos. Las obras de reparación del vial se iniciaron el 17 del pasado mes de marzo y en las mismas, la Consejería de Fomento ha invertido 750.000 euros. La reapertura de la vía, que permite la conexión directa con la C-631 (Ponferrada-Villablino) fue acogida con agrado por los vecinos de Fabero y su entorno, y especialmente por los transportistas de carbón de Fabero a la térmica de Cubillos. Aunque el vial fue cerrado al tráfico el 29 de diciembre del 2006, las obras de reparación del mismo no se iniciaron hasta el día 17 del pasado mes de marzo. Desde el Ayuntamiento de Fabero se acusó a la Consejería de Fomento de pasividad e incluso de no querer reparar esta carretera con la excusa de que desde el Miner se tenía previsto llevar a efecto un vial alternativo. Esta pasividad activó a los grupos políticos que aprobaron una moción revindicando la reparación de la carretera e incluso los vecinos iniciaron una campaña de recogida de firmas que se dejó sin efecto al convocar el director general de Carreteras de la Junta de Castilla y León a una representación municipal encabezada por el alcalde Demetrio Alfonso Canedo y comprometerse a proceder a reparar dicho tramo. Los continuos corrimientos de tierra entre los kilómetros uno y dos, en el trayecto comprendido entre Fresnedo y Berlanga, construido hace menos de cinco años, han llevado al cierre total del tráfico en al menos cinco ocasiones, las dos últimas en diciembre del pasado año. Con el fin de evitar estos deslizamientos del terreno se trasladó algunos metros el trazo original del vial con una curva en semicircunferencia , lo que ha motivado algunas críticas por parte de los usuarios que consideran que había soluciones mejores para evitar la zona afectada por los deslizamientos del suelo sin recurrir a una nueva curva en un trazo de por si muy sinuoso, a pesar de no haber significativos accidentes orográficos a lo largo de su extensión.