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| Reportaje | Un verano repleto de ilusión |

De la penuria del desierto al paraíso

Diecinueve niños saharauis llegaron ayer a Ponferrada procedentes de Tinduf para pasar dos meses de vacaciones junto a sus familias de acogida; hoy lo harán los otros 11 restantes

La alegría y las rosas caracterizaron una jornada feliz para todos

Publicado por
M. Macías - ponferrada
Ponferrada

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Durante diez meses del año sufren las carencias propias de una zona deprimida como es el Sáhara a la que la ayuda humanitaria que llega aún es insuficiente. Los dos restantes, al menos para una treintena de niños, disfrutarán de sus vacaciones en lo que para ellos es un paraíso, el Bierzo. Precisamente ayer 19 de ellos llegaban al Bierzo procedentes de Tinduf tras un largo viaje con escala en Valladolid. A pesar de su cansancio el encuentro con sus familias de acogida estuvo rodeado de un gran alborozo. El centro cívico de Flores del Sil fue el lugar elegido para el reencuentro en la mayor parte de los casos entre los niños y las personas que en julio y agosto ejercerán de padres y madres, de hermanos y amigos con los que compartirán inolvidables momentos e ilusiones que no olvidarán a su regreso a los campamentos del Sáhara. En esta ocasión de los 30 niños que este verano disfrutarán del paisaje berciano sólo seis vivirán esta experiencia por vez primera en diferentes localidades como Ponferrada, Bembibre, Cacabelos, Toreno, Carracedelo, Toral o Villadecanes. Arropados por las familias de acogida y por la presidenta de la asociación Ana Fernández, la ilusión de los niños se reflejaba en sus rostros y en su mirada. Y es que, como comentaban la nocilla, la luz y la bicicleta son para ellos algo que no está a su alcance todos los días y que, por ser inhabitual les causa admiración. Con las mochilas vacías que llevarán repletas a su regreso incluidos móviles con los que la comunicación será habitual con las familias de acogida, su experiencia servirá además para perfeccionar el español y al menos fortalecerse anímica y físicamente para acometer la dura vida en suelo norteafricano.