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La enfermedad crea en la corteza del árbol una especie de necrosia que devalúa la madera

El pulgón amenaza amplias fincas de chopos entre Narayola y Toral

La Junta considera importante el daño del ácaro, identificado como «Phloeomyzus Passerinii»

Ángel García García en su finca de Narayola, donde se ha detectado el ataque del pulgón anígero

Publicado por
Manuel Félix - ponferrada
Ponferrada

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El pulgón anígero, conocido científicamente por los técnicos de la Junta de Castilla y León como «Phloeomyzus Passerinii Signoporet», y cuyos efectos a simple vista son los de una especie de masa harinosa y algodonosa de pelotillas muy finas, está amenazando a amplias zonas de chopos en la llanura central del Bierzo. El brote de mayores proporciones, -fácilmente apreciable por verse en un golpe de vista pegado en la corteza y en especial en la base de los árboles-, está localizado en las fincas situadas desde la ribera del río Naraya, desde Narayola (Camponaraya), hasta la zona del municipio de Toral de los Vados, aguas abajo del río Sil. Se extiende en focos compactos y también dispersos, en una franja de unos diez kilómetros de distancia. Las fincas afectadas, además de contar con esa especie de melaza que se pega a todo, presentan también un manto de hojas secas en el suelo, lo que hace temer a los propietarios que se sequen finalmente sus plantaciones. Este diario se puso ayer en contacto con varios técnicos de la Junta y también con la Estación de Avisos de Plagas de Carracedelo, y ambos confirmaron la existencia de este problema. Este pulgón anígero algodonoso no debe ser confundido con la típica y molesta pelusilla o algodón que sueltan los chopos en época de calor y de floración. Lo que ahora afecta al chopo perjudica seriamente la calidad de la madera que luego es empleada para múltiples usos. En este caso el pulgón crea una especie de necrosia longitudinal en la corteza, que luego con el crecimiento de la madera hace mermar su valor. Esta enfermedad, en principio se cree que sólo está afectando a los chopos. Los técnicos tenían constancia de que en el Bierzo existía «un nivel no detectable» de este pulgón, pero alguno de ellos se mostró sorprendido por el brote «tan explosivo» que ahora se aprecia. Tal como está atacando a los chopos este pulgón nunca se había visto en el Bierzo. No obstante, las copas de los árboles siguen presentando el verdor habitual y si no se entra en la finca no se aprecia.