El 5% de los pisos, Galicia

Por carretera, el límite entre Galicia y el Bierzo se confunde entre montañas. En Villafranca, Cacabelos, Bembibre, Camponaraya o en Ponferrada se entiende y escucha el gallego. Cada vez más. Las inmobiliarias, en ocasiones el mejor termómetro ciudadano, admiten que los clientes de la comunidad vecina van en aumento. Concepción Rial, propietaria de una agencia de compraventa en Ponferrada, corrobora el dato y lo cifra: «Alrededor de un cinco por ciento del parque residencial de la comarca está actualmente en manos de gallegos», sentencia. Y es que algunas voces ven detrás de este incremento las ventajas fiscales de Castilla y León, sobre todo en el impuesto de sucesiones y donaciones, reducido a un 1% en esta comunidad para el denominado grupo 1 (legados de padres a hijos y entre cónyuges). Bufetes de abogados gallegos señalan a la comarca berciana como una «receptora nata» de esta diáspora fiscal. Recientes informes calculados a principios de año demuestran que la diferencia de fiscalidad entre Galicia y Castilla León puede multiplicar hasta por 32 el coste del impuesto de sucesiones y donaciones. Las razones Esta evasión impositiva, no obstante, no es compartida por las autoridades de los municipios del Bierzo. A los responsables municipales de Villafranca, por ejemplo, no les consta «una llegada masiva de ciudadanos gallegos». Rafael Núñez, agente de una promotora en León, sostiene en cambio que el porcentaje de gallegos en la capital es «más o menos el mismo que en Ponferrada». No obstante, explica el fenómeno por las inversiones de algunas empresas gallegas en la comunidad autónoma vecina, así como en el trasvase de trabajadores a uno y otro lado del límite de las dos regiones. Sea como fuere, existen inversores gallegos que consideran atractivo invertir en el Bierzo en lacompra de inmuebles ante el impuesto de suceciones y donaciones.