El marido de la alemana viajó al lugar y depositó flores en una roca
Coincidiendo con el aniversario del primer año de la desaparición de la turista, su marido viajó de nuevo desde Alemania a Las Médulas. En el pueblo de Médulas estuvo dos días, según cuenta Mari Fe, la responsable del restaurante y cafetería del pueblo que lleva su mismo nombre. Burkard Schneider cogió flores en las inmediaciones del lago Sumido y las depositó sobre la piedra donde, según dijo, dejó sentada a su esposa y ya no la volvió a ver más. También depositó en la zona unos cirios a modo de un acto de homenaje simbólico. Además, de Edda Schneider no sólo se acuerda su marido, que llegó esta vez a las Médulas en compañía de una hermana y su cuñado. Una mujer del pueblo de Médulas decidió ofrecerle una «misa de desaparecida», porque por muerta no se la puede dar, ya que no se sabe nada de ella. Burkark llegó a llorar en el bar de Mari Fe recordando lo sucedido. «Estuvo aquí dos días, fue muy amable con nosotros y hasta me trajo una botella de licor y una de vino alemán», dice la dueña.