Topos, topillos y otras especies

EL VERANO se despide con las Fiestas de La Encina, una especie de prórroga con la que cuentan los bercianos para combatir el estrés postvacacional que asola a toda Europa. Y es que aquí somos así. El extraño clima veraniego, ora calor ora fresco, permitió que la habitual plaga de incendios no nos atacara como en otras temporadas, pero en esto, fíjate por donde, aparecieron procedentes de lo más profundo de la Meseta castellana los topillos, que han traído y siguen trayendo de cabeza a todo el personal. Hasta un sesudo experto alemán han traído los junteros para solucionar el entuerto. Debe ser por aquello de que aquí hay pocos biólogos e ingenieros agrónomos¿ El tipo con aire desgarbado, bohemio y barbudo, anda de la ceca a la meca poniendo trampas y diseñando estrategias para acabar con las legiones roedoras que asolan el campo. Otros topos fueron los granujas que han levantado más de 7.000 kilos de manzanas de los campos bercianos. Me recuerda a aquellos otros que dieron el golpe del siglo en versión jamonazo vaciando en un plis plas una conocida tienda y almacén de Ponferrada hace tiempo. Llegan, observan, preparan y actúan. A estas horas los mercados locales de otra punta del país estarán surtiéndose de la rica despensa de nuestra comarca. Pero otra especie de soterradores de cimientos más llamativa fueron los díscolos del PP leonés, con Majo el de Valencia de Don Juan a la cabeza. Frente anti-isabelino habemus. En el Bierzo calma chica. El bueno del presidente comarcal pliega velas y se retira de la escena pública, la gente de López Riesco sube enteros y está a punto de controlar todo el partido judicial en una operación de larga distancia de varios años. Algo de reminiscencias distintas quedan y prueba de ello es la controvertida elección del puesto de coordinador de la Junta para El Bierzo. Carlos va viento en popa a toda vela. Y más que le irá con la descomposición del PSOE, primero en la agrupación local de Ponferrada. Saavedra dixit que dimitía, ahora que no¿ como La Parrala. Y la escisión o protesta en el Consejo Comarcal, que si nadie lo remedia será la última vez con color rojo socialista. Se avecina una racional reforma en el modo de elección. A ver si esta legislatura de una vez sí. No es lo mismo representar a Bembibre que a Barjas, con perdón para los de la bella localidad aludida; pero no pueden ser igual cien votos, cien vecinos, cien bercianos, que diez. ¿O sí? Felices fiestas.