Trifulca en Cruz Roja al bloquear el paso al enviado especial nacional

El voluntariado de Cruz Roja en Ponferrada convirtió ayer en un fortín su sede local. Con sus cuerpos no dejaron entrar en las instalaciones al delegado asturiano, a Juan Carlos González, enviado especialmente por el presidente nacional para sustituir al cesado presidente local, a José Luis González, después de que la base social de la entidad berciana lo ratificase en el cargo en contra el criterio de la provincial presidida por José Varela. A las 12.15 horas llegaba a la sede de Cruz Roja el enviado especial para tomar posesión de la agrupación. Durante casi 45 minutos intentó acceder a la sede, pero no pudo. «Aquí no va a entrar nadie que no haya sido elegido democráticamente por los voluntarios y la asamblea local, ¡y que venga Varela a vernos!», le espetaron al enviado nacional. En tono también respetuoso, Juan Carlos González pidió a los parapetados a la entrada de la sede, -algunos con un esparadrapo rojo en la boca-, una «oportunidad para una persona que viene nueva». Ante el forcejeo y la tensión verbal, una trabajadora social de la sede local (encargada de recepcionar al enviado especial), se desmayó con un ataque de ansiedad y tuvo que ser trasladada en la ambulancia al Hospital del Bierzo para recibir asistencia médica. El desconcierto fue mayúsculo, y ante la insistencia del enviado especial en querer entrar en la sede y la negativa de los voluntarios a permitírselo, José Luis Fernández, representante del comité ponferradino de Cruz Roja, llamó a la Policía Municipal para zanjar el tema. Los agentes llegaron a las 12.50 horas e invitaron al delegado especial de la organización benéfica a irse del lugar para evitar una trifulca mayor. Finalmente el enviado nacional accedió y se fue sin tomar posesión del cargo.