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| Reportaje | Bembibre lanza el chupinazo |

La fiesta arranca con muchos versos

Jovino Andina abrió ayer las fiestas del Cristo con un pregón que, en romance, propuso un paseo por los barrios de la villa del Boeza de la mano de un peregrino y una bella Beatriz

Cientos de personas llenaron la plaza Mayor de la villa del Boeza

Publicado por
M. Á. Cebrones - corresponsal | bembibre
León

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Un imaginario paseo por la villa de Bembibre, en lengua romance, fue la original propuesta de Jovino Andina Yanes, que como pregonero abrió ayer oficialmente las fiestas del Cristo 2007. Andina narró en verso las andanzas de un peregrino que se dirige a Santiago y que recala en Bembibre en plenas fiestas y de la mano de una joven local, de inevitable nombre Beatriz -dos personajes que acompañaron al pregonero en el balcón poniendo en escena sus palabras-, conoce la historia de las gentes de la villa. En su intervención, Andina da un toque de atención para recuperar el trazado de la ruta jacobea que atravesaba el municipio de Bembibre. «Mi pregón quiere tener además un matiz evocador, alegórico, y suscitar el interés por nuestro legado jacobeo, por hacernos soñar utopías realizables, por alentar el futuro», apuntó. De este modo, el peregrino la Villavieja, Socuello, La Fuente y cada uno de los restantes barrios que componen la localidad: «Recorren calles y plazas, lo que antes eran huertos y ahora son bloques de pisos de una villa en apogeo». Conocido el presente se hace inevitable la referencia al pasado, la historia del Señor de Bembibre y el homenaje a su autor. No falta el botillo para alimentar el cuerpo y en torno a él conocer su futuro: «Así, en torno a la mesa, se habla luego de proyectos: de un pueblo que lucha y crece, que trabaja sin denuedo, donde se crean industrias, donde se palpa el progreso». Con la presencia de los dos personajes que protagonizan el romance, el peregrino y la bella Beatriz, Andina incluyó en su pregón elogios a las gentes de Bembibre, «de este pueblo que me ha dado el honor de ser su pregonero, un premio muy por encima de mis méritos». «Un pueblo hospitalario, donde nadie es forastero, que promociona el deporte y en lo cultural es ejemplo. Un pueblo ilusionante, y de horizontes abiertos. Un pueblo que es 'esplendor', como escribió el viajero», alabó en los versos de su romance. Cientos de personas, casi el doble que el año anterior, llenaron la plaza Mayor y cercaron la iglesia de San Pedro para escuchar las palabras del conocido profesor, que fue aplaudido doblemente. Finalizado el pregón, que se ofreció desde el balcón del Ayuntamiento, se lanzó el chupinazo que supuso el inicio de las fiestas del Cristo. A continuación, tomó las calles la ronda de bodegas que recorrió los barrios de La Fuente y la Villavieja. Más tarde, fue el espectáculo de fuegos artificiales el que iluminó la noche bembibrense, que reunió un año más multitud de público en el paraje del santuario del Ecce Homo, donde prosiguió la verbena.