Cerrar
Publicado por
León

Creado:

Actualizado:

EL POLÍTICO pueden disponer o no de un aparato de comunicación para contribuir a hacer más eficaz su trabajo. Lo que no puede permitirse nunca es el lujo de una mala comunicación. Está muerto. Es el caso de Ricardo Saavedra. Padeció esa lacra durante su presidencia del Consejo del Bierzo y también a lo largo de la campaña electoral. Los nefastos resultados están a la vista. Pero la cosa no parece quedar ahí. La dimisión de la concejala Yolanda Arias se podía haber salvado por la vía convencional. Con la nota de prensa al uso: «La edil causa baja por razones personales», y punto. Organizó, en cambio, un encuentro con los medios y atribuyó la salida al inicio de un negocio privado. Omitió que antes había participado en una selección de personal del Ayuntamiento y que había logrado la plaza. El torpe solapamiento de ese hecho es lo que ha reventado a mucha gente y lo que ha dado pábulo -como suele ocurrir- a historias truculentas que seguro que tienen que ver muy poco con la realidad del caso que el martes revelaba este periódico bajo la óptica lamentable de la ocultación del hecho. Nadie puede poner en duda que Yolanda Arias tiene derecho a trabajar donde le plazca. Que ha ganado la plaza de profesora con todos los méritos y que es natural que desee ganar algo más que las dietas de un simple concejal en la oposición. Lo que es insoportable para muchos ciudadanos es que los que reclaman transparencia sean tan harteros y opacos.