Rock & Sermón El subdelegado destaca el proceso de regularización de inmigrantes para la vendimia en diez bodegas

PEDÍA el otro día el Che Guevara, digo... John Lennon, digo... Elvis Presley, digo... el alcalde rockero de Oencia -¡qué lapsus, jolín!- a la Virgen de la Encina, con motivo del Día del Bierzo, que iluminase a «algunos políticos de alto rango». A mí modesto entender, José Manuel Estanga no quiso con esta frase referirse única y exclusivamente al presidente José Luis Rodríguez Zapatero -al que sí posteriormente en su discurso, aunque sin citar su nombre, se dirigió expresamente-, sino a otros más, e incluso dentro de su propio partido. En cualquier caso, y al margen de la intencionalidad del regidor que con más lanzamientos de discos -debería probar la jabalina a ver qué tal- cuenta a sus espaldas sobre la faz de la tierra, a buen seguro que nuestra querida Patrona tomó buena nota de la plegaria del intérprete del Himno de Arnado -tema instrumental de su primer trabajo discográfico-. A uno le viene a la mente mientras escribe esta columna una canción de los vigueses Siniestro Total que decía «Señor, ilumina mi corazón»; en este caso es nuestra Morenica quien tiene la no sencilla tarea de iluminar no sólo los corazones, sino los pensamientos y acciones de algunos que se creen que, por mandato divino -como los monarcas absolutos-, han sido llamados a regir los destinos de la ciudadanía. Muchas veces, el esperpento o las imágenes dantescas no nos dejan ver las reprobables actitudes y obras de quienes se sirven de aquellas como parapeto. «Nadie es mejor que nadie, pero tú creíste vencer», decía la letra de otro tema, en este caso de El Último de la Fila, que en ocasiones bien podría inducir a la reflexión a Los Primeros de la Fila y a los del templete. Tomando como punto de partida aquello de zapatero a tus zapatos, el Día del Bierzo... para la ciudadanía berciana; pues el 8 de septiembre está siguiendo un guión coprotagonizado por el clero y la clase política que deja como actores secundarios y figurantes al noble vulgo, el cual encima tiene que soportar, a ojos de su Patrona, interesados discursos que ensombrecen la celebración y perturban las buenas intenciones de los hombres y mujeres de bien. Ya que, como afirmó Estanga, «los líderes nunca morimos>», lo cierto es que si a sus colegas Ernesto, John, Elvis o JFK, les dio por pasarse el otro día por la Plaza del Ayuntamiento de Ponferrada, donde se celebraron los actos centrales del Día del Bierzo... sencillamente tuvieron que flipar. El subdelegado del Gobierno en la provincia, Francisco Álvarez, se congratuló ayer públicamente del resultado del proceso de regularización de inmigrantes que se ha desarrollado esta campaña en el Bierzo para participar en la vendimia. Álvarez destacó en este sentido el trabajo desarrollado por una decena de bodegas de la Denominación de Origen Bierzo y alabó el esfuerzo de todas ellas para seguir las consignas que hace ya más de tres meses se lanzaron desde la Subdelegación del Gobierno a través del Consejo Regulador de los Vinos del Bierzo. De este modo, de forma implícita, el representante del Ejecutivo vino a contestar ayer en un acto gastronómico celebrado en Villafranca a las críticas lanzadas desde determinados sectores de la viticultura local en torno a la imprevisión para legalizar a ciudadanos extranjeros para poder contratarlos como mano de obra en la recolecta de la uva. Álvarez preciso que en estos momentos hay «casi un centenar» de trabajadores extranjeros que se encuentran legalizados para participar en la vendimia en el Bierzo. Y en esta misma línea resaltó que es el primer año en el que se produce una actuación de este tipo. «Creo que se ha encauzado por fin el asunto a través de la legalidad y en aras del respeto a los derechos de los trabajadores», se jactó Francisco Álvarez. Lo que sí admitió es que la mayoría de los trabajadores de este contingente, que aún no está cerrado, proceden de países del Este de Europa como Rumanía o Bulgaria, cuya regularización resulta más sencilla actualmente.