La gestora del PSOE en Ponferrada se quedará al cargo de cinco militantes

El presidente de la comisión gestora que pondrá punto final a la dirección del PSOE ponferradino bajo la secretaría general de Ricardo González de Saavedra no estará sólo al timón de una nave que se presume que cubrirá una tormentosa singladura hasta las próximas elecciones generales. La determinación de los promotores oficiales del cambio en la cúpula del socialismo ponferradino es que entre cinco y seis personas formen parte de la tripulación que intente guiar a buen puerto a la organización tras la decepción generada entre militantes y simpatizantes por la derrota electoral en los comicios locales, entre otros hechos. Ayer jueves, aunque tanto desde la dirección provincial como desde la comarcal, como desde diversos sectores locales del partido, se habían intensificado los contactos para confirmar quienes formarán el quinteto, lo cierto es aún quedaban flecos por cerrarse. El propósito es que todos ellos, incluído lógicamente el presidente, se adapten a un doble perfil. De un lado, que no creen un rechazo muy exagerado entre las «familias» que mantienen cautiva la agrupación y de otro que posean cierto prestigio. Algo complicado en el actual clima de crispación y desilusión. Pero mañana viernes la ejecutiva federal recibirá el nombre del relevo de Ricardo González Saavedra y de su equipo una vez que la propuesta sea ratificada en la reunión de la provincial. Los que se dan por descartados son los nombres que ha alumbrado la rumorología como presidentes. Ni José Álvarez de Paz, ni el sindicalista Manuel López cuentan por ahora. En cambio está decidido que no se confiará la tarea a ningún «agente externo» de la agrupación de Ponferrada como se llegó a pensar inicialmente. La meta es que la semana que viene la federal cierre el asunto. Para entonces, sin embargo, ya estarán sobre la mesa las suspensiones de los consejeros comarcales díscolos, los tres ediles de Ponferrada, el de Toral, la concejala y el alcalde de Cacabelos, donde la gestora se presume también como la salida obligada para la oficialidad, que en la comarca goza de un amplio apoyo orgánico y que en Ponferrada encuentra el agrado de los simpatizantes socialistas por su decisión de hacer rodar cabezas.