Las víctimas tenían entre doce y quince años en aquella época
La sentencia de la Audiencia consideró probado en su día que entre 1990 y 1993, aprovechando que una menor de entre 12 y 15 años entonces, acudía a su consulta de endocrinología, satisfizo sus instintos sexuales tocándole el pecho y metiéndole un dedo en la vagina. Entre 1992 y julio de 1993 instó a la víctima a mantener relaciones sexuales con ella, lo que consumó en dos o tres ocasiones en el desván de su domicilio, ubicado en una céntrica avenida de Ponferrada. Hubo (según la sentencia) más tocamientos entre julio de 199 y marzo del 2001 con una segunda niña, de trece años de edad en el momento de los hechos, hija de los propietarios del centro en el que ocurrieron los hechos. Una tercera víctima fue objeto de tocamientos por debajo de la camiseta cuando acudió a acompañar a sus amigas.