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Para acabar con las dudas

Los sindicatos se quejaron durante las primeras investigaciones de que el ordenador de a bordo se había retirado de la base sin contar con ningún representante legal del maquinista leonés

León

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La minuciosa y detallada instrucción que está realizando la Fiscalía de la Audiencia Provincial de Palencia pretende no dejar en el aire ningún detalle y a la absoluta pulcritud con la que se han realizado anteriores investigaciones, se une ahora el hecho de que los tres operarios de Renfe encargados de la extracción y custodia de la caja negra hayan sido citados a declarar. La caja negra es el ordenador que registra los datos referentes a la actividad de la locomotora durante cada trayecto. En su día, fuentes del sindicato CGT criticaron que el proceso de extracción de ese ordenador se llevase a cabo sin la presencia de los representantes sindicales del trabajador, tal como marca la ley y dejaron en el aire la posibilidad de que de esa forma, pudiesen producirse irregularidades que pudiesen alterar las garantías necesarias para ejercer la posterior defensa de los intereses del maquinista, un leonés de mediana edad, residente en el barrio de El Crucero de la capital, que insiste en que nunca recibió órdenes de reducir la velocidad a la entrada de la estación de Villada. El convoy descarriló al tomar la curva de entrada a la estación, al golpearse el segundo y el tercer vagón contra uno de los pilares que sujetaba el puente bajo el cual discurría la vía. Siete personas resultaron muertas y un centenar heridas, en un suceso que conmocionó al país entero. El Talgo acababa de abandonar unos minutos antes la estación leonesa de Sahagún, donde se habían apeado algunos viajeros, puesto que Villada no era parada en aquel viaje fatídico.