¿La verdad de los hechos?
LA SENTENCIA del 11-M ha servido para poner una vez más de manifiesto la mediocridad de nuestra "élite" política dominante, instalada en el poder. El veredicto ha devuelto a algunos a uno de los puntos de partida del conflicto político desatado tras la masacre: el papel de ETA. Ateniéndonos al contenido de la resolución, la banda terrorista queda al margen de cualquier implicación en el atentado, y por muy lamentable y obsceno que resulte, esta cuestión es la que realmente parece preocupar a determinados personajes tanto del PSOE como del PP en este país. Y con 191 muertos como balance de la barbarie asesina, es defecable lo que está ocurriendo, que haya quien ya esté sacando pecho y frotándose las manos con la mirada puesta en una urna, y no precisamente funeraria. Esta sentencia no es ni buena ni mala, sino que en base a la instrucción de un sumario, ha tenido que resolver la responsabilidad penal sobre unos hechos. Pero la sentencia no resuelve "toda la verdad" sobre el 11-M. Y la búsqueda de esa verdad, que a lo mejor nunca llegamos a conocer en su esencia plena, quizás pueda empezar ahora, precisamente a raíz de la sentencia, con una investigación limpia, apartada de las continuas injerencias e intoxicaciones a las que la sociedad española, incluido el estamento judicial, ha sido sometida desde el día mismo de la masacre. El paso del tiempo a buen seguro que irá aportando puntos de luz tras una resolución que ha cumplido su cometido de determinar culpabilidades, pero que no ha despejado todas las incógnitas. Pero no porque la Justicia no haya tratado de lograrlo, sino porque a día de hoy el escenario político y social lo hace inalcanzable. Y si la credibilidad del juez se ha mostrado sólida durante el proceso, por el camino han quedado otras que no han podido despojarse su carácter endeble. También ahora es momento de preguntarnos: ¿Por qué hay políticos que, con todo el derecho y legitimidad, quieren ahondar en otras masacres como las practicadas antes, durante y después de la Guerra Civil, ocurridas hace décadas, y desean que se cierre herméticamente la del 11-M, que va camino de cumplir cuatro años? Ha dicho Zapatero que esta sentencia expresa «la verdad de los hechos». Sinceramente, y al margen de las estrategias de los dos grandes partidos, yo no me lo creo. Si acaso, una parte de esa verdad. El paso del tiempo, las investigaciones neutras y nuevas revelaciones en un contexto no conflictivo, sin duda la irán completando.