Investigan a un vecino de Fabero por grabar a dos inquilinas en el baño

Agentes de la Guardia Civil de la Comandancia de León investigan desde hace ya más de una semana las circunstancias que rodean un extraño suceso relacionado con la vulneración de la intimidad de las personas en la localidad de Fabero. Los encargados del caso tratan de esclarecer la autoría de las grabaciones supuestamente realizadas a dos jóvenes a través de una cámara de video que se encontraba instalada, semioculta, en la vivienda arrendada por su propietario a las presuntas víctimas. Fuentes de la benemérita confirmaron ayer a este periódico la veracidad de las investigaciones, pero se remitieron a las diligencias que se siguen ya en el juzgado ponferradino que instruye la denuncia para no facilitar más datos ni sobre la identidad de los implicados ni sobre el resultado de las primeras indagaciones que se han realizado al respecto. Este periódico, sin embargo, ha corroborado que lo primero que se trata de establecer es si la cámara pertenece realmente o no al arrendador del piso alquilado a las dos jóvenes, que trabajan desde hace meses en una entidad financiera de la localidad, y sobre si existe algún tipo de grabaciones de las chicas en las que se reproduzcan sus momentos más íntimos en el baño de la vivienda. El caso se destapó la semana pasada y los agentes de la Guardia Civil de la Comandancia de León que se han hecho cargo del mismo ya han tomado declaración al que se ha señalado como principal sospechoso, pero no se han practicado detenciones a la espera de reunir pruebas que puedan resultar definitivas del esclarecimiento total del truculento suceso. Las versiones acerca del mismo se han convertido, desde el punto de vista social, en el centro de muchas de las tertulias en Fabero y su contorno y también han trascendido las fronteras locales, sobre todo entre los trabajadores de la entidad crediticia de las presuntas víctimas de las filmaciones. La cámara espía, según ha podido conocer este medio de comunicación, fue descubierta por un amigo de las arrendatarias al que le pareció, sino sospechosa, al menos anormal la colocación de una rejilla del conducto de ventilación del aseo. Cuando se dispuso a reencajarla, el hombre descubrió la presencia del artilugio oculto. De uno a cuatro años Desde el punto de vista jurídico, de prosperar la denuncia, el presunto autor o autores de los hechos acaecidos en Fabero se enfrentarían a una pena de entre uno y cuatro años de cárcel. Según fuentes legales, esta es la pena que se recoge en el artículo 197.1 del Código Penal, en el que se tipifica este tipo de conductas por la vulneración de la intimidad de las personas sin su conocimiento y utilizando artificios técnicos de reproducción de sonido o de imagen, entre otros.