«He perdido a cuatro hijos y no quiero ver morir al quinto»
Toñín ya no quiere salir de casa. Ya no le hace caso a su amigo Emilio, un vecino de su misma edad que no deja de venir a verle. «Sólo quiere estar con nosotros o se queda en el cuarto con su padre», contaba ayer su madre. A Toñín le gusta ver los dibujos animados en la tele, todavía se sube a su triciclo y recibe constantemente el cariño de sus padres y sus tres hermanos, Bárbara, Francisco José y Javier. La familia ya ha encajado demasiadas desgracias. De los ocho hijos que ha tenido el matrimonio, la primogénita murió de enfermedad con tres meses, hace diez años falleció otra en accidente de tráfico, otra niña murió con dos años, debido a un accidente doméstico al caerle una cocina de butano, y la madre sufrió un aborto del disgusto. «He perdido a cuatro hijos, y no quiero ver morir al quinto», dice Mari Flor.