Una gran grieta amenaza la estabilidad del monasterio de Vega de Espinareda

Una de las paredes y parte del tejado del ala sur del monasterio de San Andrés en Vega de Espinareda corren el peligro de derrumbarse a consecuencia de una gran grieta que afecta al cornisamento - nombre que se da al conjunto formado por arquitrabe, friso y cornisa- de dicha ala. Solo una rápida actuación por parte de la Diócesis de Astorga, propietaria del monasterio, o de la Junta de Castilla y León, valoran los vecinos, podrán impedir que el monasterio más importante del Bierzo del estilo Neoclásico se derrumbe. La falta de canalones para la recogida del agua en la fachada afectada puede ser la principal causa de esta grieta y otras muchas que afectan al edificio monacal, ya que dichos canalones no existen o se encuentran muy deteriorados al no haberlos cambiado, posiblemente, desde su última restauración en la década de los sesenta. Así, en el pueblo de Vega de Espinareda reclaman que la administración competente evalue la situación actual del monasterior y de una solución a estas grietas que amenazan el edificio religioso. En los años sesenta -siendo obispo el que posteriormente sería el arzobispo 117 de Toledo y Cardenal Primado de España, Marcelo González Martín- se procedió a la restauración del monasterio para dedicarlo a colegio diocesano de enseñanza primaria y secundaria, librándolo así de la ruina total. Inició su nueva andadura como colegio en el curso 64-65, con poco más de un centenar de alumnos venidos de todos los rincones del Bierzo, especialmente de Vega de Espinareda y Fabero, ya que no aún no existía el instituto de Educación Secundaria de Fabero. Cerró definitivamente sus puertas como centro escolar en el curso de 94-95, y hoy residen en él algunos curas que ejercen su ministerio sacerdotal en la zona. Uso turístico También ha habido varios intentos de dedicar el monasterio al uso turístico, bien como parador o como hotel. En el 2003, ya se anunció en los medios de comunicación la firma de un preacuerdo entre el Obispado de Astorga y la empresa madrileña MRA para convertir el monasterio en un complejo hotelero, que la empresa madrileña explotaría durante 50 años a cambio de 70.000 euros anuales. Desde entonces no se ha avanzado en este proyecto y tampoco se conoce iniciativa alguna de la Diócesis o de la Administración Pública, aunque sólo sea para evitar que el monasterio se derrumbe.