La Obrera premia a 31 socios y reconoce a Amancio Prada

La primera vez que Amancio Prada vio una guitarra eléctrica fue en uno de los bailes de La Obrera. Quizá por eso, el cantautor de Dehesas, que ha hecho de la música su razón de ser, se ha sentido siempre vinculado a la institución que nació para asistir a las clases populares de Ponferrada y que con el tiempo se ha reconvertido en asociación sociocultural, sin olvidar sus orígenes. Ayer, Amancio Prada ejerció de maestro de ceremonias del acto anual de entrega de medallas a los socios y recibió de paso el reconocimiento de la institución. El artista que a adaptado versos de Rosalía de Castro, Lorca o Agustín García Clavo devolvió rápidamente el piropo. «La Obrera ya tenía Seguridad Social para sus socios antes de que hubiera Seguridad Social», aseguró Prada en el transcurso de su discurso en la sede de la institución en la muy ponferradina calle del Paraisín. El alcalde de Ponferrada, Carlos López Riesco, no se perdió el acto que sirvió para entregar 16 medallas de oro a otros tantos socios por su fidelidad y 15 de plata a miembros de más de 60 años, y también destacó los orígenes asistenciales de La Obrera, que presidida por Antonio Nicolás de la Puente, mantiene a más de ochocientos integrantes