Endesa evita la huelga y estudiará aumentar la plantilla de la térmica

La central térmica de Compostilla no dejará de funcionar estas Navidades. La decisión de la compañía de permitir que una comisión integrada por directivos y trabajadores fije en enero las necesidades de plantilla que generará la puesta en marcha de las plantas desulfuradoras evitó ayer la huelga en la empresa eléctrica y llevó a los sindicatos a desconvocar los once días de paro anunciados. El acuerdo alcanzado con el comité de empresa después de dos días de negociación también incluye el compromiso de la dirección para recuperar las reuniones sobre la creación de la prometida nueva unidad de producción hidráulica. La empresa tampoco alterará los horarios ni las vacaciones de los trabajadores de la central sin que lo acuerde la comisión de turno. Cuatro representantes de la dirección y cuatro del comité de empresa, más un secretario que tendrá voz, pero no voto, se reunirán a partir del 10 de enero para decidir objetivamente si son necesarias nuevas contrataciones con la puesta en marcha de las plantas desulfuradoras. El propio director de zona de Endesa, Alfredo García Arangüez confirmó ayer que la dirección de la eléctrica aceptara lo que decida la mesa de estudio, que se reunirá semalmente hasta la puesta en funcionamiento de las nuevas instalaciones. Arangüez mostró su satisfacción por haber evitado frenado en el último momento la conflictividad social. El primero de los once días de huelga intermitente convocados hasta el 7 de enero debía comenzar mañana. Desde UGT también se ha considerado oportuno forzar la huelga en un momento en que se negocia el tercer convenio marco para no perjudicar la posición sindical. Por otra parte, la eléctrica procedía ayer a la puesta en marcha del grupo cuatro de la central de Cubillos del Sil, una vez concluidos los trabajos de revisión y de adaptación del equipo a la desulfuración. Arangüez advirtió de que la producción del grupo será menor debido a la reducción de las emisiones de dióxido de carbono asignadas a la central y el elevado coste de adquirir nuevos derechos de emisión.