Diario de León

La reconstrucción de lo sucedido indica que Edda Schneider se desorientó y cayó en un barranco

La autopsia confirma la identidad de la turista alemana y su muerte sin violencia

La Guardia Civil da por zanjado y resuelto el caso de la mujer desaparecida en Las Médulas

La turista Edda Schneider, en Ponferrada antes de llegar a Las Médulas

La turista Edda Schneider, en Ponferrada antes de llegar a Las Médulas

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Manuel Félix - ponferrada
Ponferrada

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La Guardia Civil ha dado carpetazo y archivado el caso de la turista alemana desaparecida en Las Médulas el lunes 29 de mayo de 2006, hace más de año y medio. La autopsia realizada ahora a los restos humanos encontrados el domingo 18 de noviembre del pasado año revela y confirma que se trata de la mujer Edda Schneider, que tenía de 63 años cuando desapareció. Según pudo confirmar este diario de fuentes de la investigación del caso, el cadáver de la mujer alemana encontrado en la zona de La Calear, -en un barranco situado a unos tres kilómetros del lago Sumido, donde la dejó sentada su esposo Burkard Schneider y fue vista por última vez-, no presentaba signos de violencia y queda descartado por completo que su muerte haya sido un homicidio u otra causa ajena a la pura fatalidad. La Guardia Civil y también los médicos forenses encargados de la investigación de esta muerte cumplieron todos los protocolos estipulados ante un caso de esta naturaleza, y el resultado final constata que el fallecimiento de Edda Scheneider fue debido a las heridas producidas al caer por un terraplén y precipicio rocoso situado en la falda norte de una montaña desde la que se ve a lo lejos el pueblo de San Pedro de Trones, ya en el municipio de Puente de Domingo Flórez. Según la reconstrucción de los hechos, la turista alemana llegó a Las Médulas con su marido procedente de Ponferrada, dejaron la autocaravana en el pueblo de Médulas y se fueron de paseo por un camino hasta el lago Sumido, situado frente a lo que es la vista general de los picachos rojizos de Las Médulas. Allí, aquella tarde del 29 de mayo de 2006, su esposo Burkard la dejó sentada en una piedra junto a un cruce de caminos mientras él realizó fotos a los nenúfares del lago y la vista general de Las Médulas y su pueblo. Cuando regresó al lugar donde dejó a su esposa allí ya no había nadie. Según la misma reconstrucción de lo sucedido, la mujer se puso a caminar, tomo el camino que conduce al pueblo abandonado de La Balouta y se desorientó tomando otro camino a la derecha rumbo al paraje de La Calear. Se cree que se hizo de noche, vio a lo lejos las luces de San Pedro, enfiló sus pasos hacia ellas, y se cayó al precipicio.

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