El fiscal pide 7 años de cárcel a cada imputado en una estafa de carbón

Un empresario minero del Bierzo Alto, L.F.R.; un trabajador ahora jubilado de Endesa, B.P.A., y un técnico de la empresa subcontratada de laboratorio Seyma, J.L.P.B., se enfrentan cada uno a la petición de una pena de siete años de prisión por un presunto delito continuado de estafa de carbón en la central térmica de Compostilla, en Cubillos del Sil. La Fiscalía de Ponferrada, después de la denuncia interpuesta por la compañía eléctrica Endesa en el Juzgado de Instrucción número 3 de la ciudad, también plantea la reclamación a los tres de una indemnización por importe de 2.467.673 euros. El caso se remonta a noviembre del 2002, cuando la dirección de Endesa recibe dos delaciones, -se cree que procedentes de otros empresarios mineros-, en el sentido de que se estaban produciendo irregularidades en la entrada de carbón berciano en el parque de Compostilla II. Básicamente el presunto fraude consistía en dar cambiazo a las muestras de carbón de baja calidad por otro de más valor calorífico, y por tanto, más caro. El procedimiento para cometer el fraude, en teoría, era sencillo. Los cuatro o cinco camiones de carbón que el empresario minero denunciado introducía a diario en la térmica eran inspeccionados como el resto. De ellos, sacaban muestras de mineral de forma aleatoria, y ese carbón era introducido en bolsas de unos dos kilos, que eran precintadas, y a las que se les colocaba un código secreto emitido por un sistema informático. Luego, esas bolsas eran llevadas por un operario de la empresa subcontratada Seyma, que se encargaba de tomar de ellas otras muestras reducidas en bolsas de 200 gramos para el laboratorio, sin saber a qué empresa pertenecían. Sin embargo, según la denuncia, este operario de la firma Seyma recibía bajo cuerda una información que le indicaba perfectamente de quien eran esas muestras de carbón. Así, podían dar el cambiazo del mineral malo por el bueno, y presuntamente cobrar los favores del empresario minero beneficiado por su actuación delictiva. De hecho, la denuncia dice que cambiaban de la bolsa de 200 gramos el carbón pésimo por otro de mayor calidad, y que Endesa pagaba a mejor precio. Tras ser avisados en aquel mes de noviembre de hace ahora cinco años, Endesa puso en marcha e intensificó sus mecanismos de control, pero en un primer momento no pudieron detectar el fraude que desde varias bandas les comunicaban. Sin embargo, hacia abril del 2003, y según adelantó de aquella este periódico, la dirección de la central térmica «pilló con las manos en la masa» a los presuntos defraudadores, según las fuentes a las que tuvo acceso este diario. Lo que en el 2003 comenzó a investigarse y llegó a los juzgados contaba con un precedente importante en 1999. De aquella, en septiembre en concreto, Endesa también puso en marcha un mecanismo para depurar responsabilidades por un desfalco millonario en material de la central térmica. Desaparecieron suministros industriales comprados para la térmica, que luego eran sacados fuera.