| Reportaje | Sábado de Piñata en Bembibre |
El carnaval se come al botillo
Veinte grupos desfilan por las calles de la capital del Bierzo Alto, escoltados por una escuadrilla de diminutos aviones y niños piloto, para repartirse 3.000 euros en premios
Bembibre vivió en la jornada de ayer uno de los más concurridos desfiles carnavaleros. Más de una veintena de grupos pasearon por las calles los más variopintos y coloridos trajes que hicieron las delicias del público y dificultaron la labor del jurado a la hora de seleccionar los ganadores que se repartirían 3.000 euros de premio. En plena época de Festivales de Botillo, el más numeroso de los grupos participantes fue el del colegio Menéndez Pidal de Bembibre, en el que alumnos, padres y profesores se vistieron de cocineros. Risas y sustos provocó un zombi que pedía carne. Piratas con sus tesoros, duendes, mosquitos picones y Don Quijote, acompañado de un séquito de Dulcineas y Sanchos formaron parte del desfile que animaron siete charangas ydos grupos de teatro de calle. Pequeños aviones con «Volar, un sueño de niños», y farolas a las que la luz del día no dejaba lucir. su trabajo completo, y que sin embargo terminaron ganando el primer premio. y muchos trabajos de fantasía. Casi inevitable en un desfile carnavalero es la presencia de la representación del Carnaval por excelencia; Brasil, al que acercaban un grupo de bailarines de las actuaciones callejeras. El segundo grupo de teatro de calle incluía una araña gigante que en ocasiones paseabas sus patas sobre el público, insectos sobre patines o zancos y el fumigador que intentaba eliminarlos con el uso de bengalas. A diferencia de otras ediciones del desfile del sábado de Piñata -Bembibre celebra el Carnaval más tarde para que la fiesta no resulte eclipsada por el desfile de Ponferrada- se desarrollo sin que la lluvia y el frío vinieran a estropear los disfraces. Algo más de una hora de recorrido dio por finalizado el desfile en la Plaza de Santa Bárbara, en la que el concejal de Cultura, Jesús Javier Celemín, dio a conocer los nombres de los grupos de disfraces que se hicieron con los siete premios establecidos por el Patronato de Cultura y que, según el propio Jesús Celemín «tuvieron un difícil trabajo por la calidad de los disfraces presentados, por la minuciosa elaboración, la fantasía y las ganas que todos han puesto».