Del ZP al bumerán

EN UN LUGAR del Bierzo, de cuyo nombre me acuerdo perfectamente, se lleva discutiendo en plan bizantino un día sí y otro también sobre un proyecto, empapado de una demagogia política cansina de la que desde hace bastante tiempo uno está ya hasta las gónadas. Me refiero a la Ciudad de la Energía, de la investigación tecnológica de vanguardia y del crecimiento industrial paralelo para sus mentores, y la Ciudad de las Mentiras, la utopía y el enchufe para sus detractores. Y qué quieren que les diga; que desde el PSOE en Ponferrada se hizo alarde con un exceso verbal sacado a la luz en plena campaña electoral en 2003; que el actual presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, avaló ese «exceso» presentado por la entonces candidata socialista a la Alcadía ponferradina, Charo Velasco -hoy diputada nacional-; y los socialistas, contra pronóstico, ganaron las Elecciones Generales de 2004. Y aquí se montó la gorda con la Ciudad de la Energía. ¡Menuda papeleta! Llegar al Gobierno de España y tener que hacer frente al aval de una promesa electoral de 311 millones de euros y 8.500 puestos de trabajo. Por otro lado, al PP le habían servido en una bandeja no esperada un filón con el que machacar a su directo rival desde la oposición. El proyecto pasó del efecto ZP al efecto bumerán. Y ésta es la realidad en la legislatura que a punto está de expirar. Un Gobierno socialista que a base de comunicación y mercadotecnia ha tratado constantemente de "engordar" el proyecto real de la Ciudad de la Energía; y una oposición del PP que lo ha covertido en excusa perfecta para atacar al PSOE, quien, sin temor a equivocarnos, a buen seguro que hubiese hecho lo mismo si intercambiamos los papeles en este bodrio de película. Pero, afortunadamente, hay pensamientos y reflexiones que van más allá de esta dicotomía interpretada por PSOE y PP. Se trata de dejarse guiar por el sentido común, el cual permitiéndonos ser críticos con un proyecto rimbombante, vendido a bombo y platillo, nos conduce también a entresacar una energía -nunca mejor dicho- positiva, que la hay, de todo este tinglado teñido desde el principio por la insensatez e intereses políticos: ser sede de un proyecto de investigación tecnológica de alto nivel, lo cual debe procurar a la comarca berciana un impulso paralelo en su desarrollo empresarial y económico, acompañado de un plus desde el punto de vista turístico -Museo de la Energía-. Y ésto sí es alcanzable. Claro que, si no se logra, apaga ya y a otra cosa.