Diario de León
Publicado por
CÉSAR GAVELA
León

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EN LA PROVINCIA de León hay un partido que se llama Mass, muy berciano él. Y otro que se llama la Unión del Pueblo Leonés, muy poco berciano por cierto. Y hay un Partido Leonés, o algo así, que regenta el señor Rodríguez de Francisco, que tan feliz era antaño, cuando mandaba y decidía. Y se desdecía. En el Bierzo, además, está el Partido del Bierzo, que tiene una vida precaria y sin votos, y el Partido Regionalista del Bierzo, de Tarsicio Carballo, antiguo fundador del Partido del Bierzo y luego defenestrado por la ya famosa y mítica banda de los «Cuatro Traidores». En el Bierzo ya no existe, aunque acaso esté registrado, el Partido Provincialista del Bierzo, devaneo de aquel Carretero que lo perdió todo de repente, cuando tanto tenía como líder socialista comarcal. En el Bierzo acaso hay más partidos, no lo sé; pero sí hay una cosa extraña, tal vez una coalición de entelequias, llamada Unidad Bercianista o algo así. Y luego están los de «O Bierzo Ceibe», que son gente de paz y que no tienen nada que ver, desde luego, con esos vándalos compostelanos que llamaban fascista a María San Gil. Justo lo que eran ellos. Por cierto, aquellos mozos criminosos, ¿también llevaban pendiente como los Zíngaros de Batasuna?. Yo respeto mucho a las pequeñas formaciones leonesas y leonesistas, personalistas e incluso unipersonales. Es más: las comprendo, las valoro y hasta les agradezco que existan en mi condición de gozoso observador de la tierra de uno. Y me parece maravilloso que sueñen, se coaliguen y se peleen. Y que crean en sí mismos, en esos intelectuales colectivos que son, si es que aún vale la funesta jerga de los comunistas del partido único. ¡Partido único¿! Hoy nos parece aberración totalitaria pero hace no tantos años buena parte de la pretendida «inteligencia» de España aún defendía ese monstruo estalinista. Bien, a lo que voy: el MASS, el PB, el PRB, la UPL, el PAL, el PREPAL y no sé si el GAL (el de León, ojo) y otras congregaciones de gentes ilusionadas y harto ingenuas, no obtendrán ninguna representación parlamentaria el día 9 de marzo. No sacarán ningún diputado, ni siquiera uniendo todas sus lástimas y honestos anhelos y aleluyas. Porque no están ni se les espera. Bueno, sí, les aguarda la sonrisa cruel de las urnas. ¿Merece la pena dedicar tiempo, no sé si también dinero, a tamaños esfuerzos? Sin duda, no. Pero eso hace que yo respete aún más a todas estas constelaciones orgánicas. A todo ese reino de viento. A tanto vacío melancólico. Y, con todo, echo de menos una formación nueva: el Partido Secesionista Lleunés. ¿O ya existe?.

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