Congosto presentará alegaciones a los proyectos eléctricos con gas en Endesa Bierzo-Braganza

El Ayuntamiento de Congosto será el primero en plantear acciones institucionales frente a los proyectos de desarrollo de nuevas plantas de generación de gas en Compostilla II (Cubillos del Sil), donde también se emplazará la central experimental de captura de CO2 que promueve la Fundación Ciudad de la Energía. El Pleno de la Corporación municipal adoptó la noche del pasado jueves un acuerdo, con el respaldo mayoritario del equipo de gobierno del PP y la abstención de los ediles socialistas, para plantear alegaciones al proyecto que impulsa Endesa en su central térmica. El acuerdo se materializará el lunes con la presentación efectiva de las reclamaciones ante la Junta de Castilla y León, que recientemente abrió el plazo de información pública para la construcción del primer ciclo de gas en el recinto de la compañía eléctrica en Cubillos. Además, Endesa tiene previsto en el horizonte de los próximos cuatro o cinco años instalar otros dos ciclos combinados para completar su mix de generación tradicional con el carbón de las cuencas del Bierzo y de Laciana. Contaminación de futuro Para el grupo de gobierno popular, las alegaciones son la respuesta lógica a la concentración de grupos potencialmente contaminantes al otro lado del pantano de Bárcena, en Cubillos del Sil. El propio alcalde, José Antonio Velasco, defendió la postura del pleno argumentando que ya no es la primera oportunidad en la que en Congosto se superan los umbrales de contaminación como consecuencia de la actividad de la térmica. Desde este prisma, y tendiendo en cuenta que a los tres ciclos de gas también se añadiría la planta de oxicombustión que proyecta la Ciudad de la Energía, el regidor considera que al menos debe tenerse en cuenta institucionalmente cuál puede ser el panorama de futuro que se pueden encontrar los habitantes da zona. Efectos políticos Desde una perspectiva de un marcado carácter político, Velasco se mostró perplejo por la oposición de los concejales del PSOE a la presentación de alegaciones cuando éstos fueron los primeros en hacer campaña contra una incipiente central de gas que en su momento planteó la firma Global 3. Aunque también es cierto, de otro lado, que desde el Partido Popular se ha respaldado tradicionalmente la puesta en marcha en Compostilla II de ciclos combinados que aunque no generan un número elevado de puestos de trabajo sí que están llamados a mantener y aun reforzar el potencial de la central berciana como productora de energía. Endesa, a la espera de que esté lista la prolongación del gasoducto que precisamente tiene que atravesar Congosto y el pantano de Bárcena, tiene previsto inciar las obras del primer ciclo combinado de gas antes de que acabe el año. El presupuesto de cada ciclo combinado puede rondar los 150 millones de euros. POR UNA vez estoy plenamente de acuerdo con los bercianistas. Tanto con el PB, como con el PRB y con Gentes del Bierzo. Porque, pienso, como ellos, que sería muy importante que hubiera una vía rápida, y no digamos una autovía, desde el Bierzo hasta Braganza. Una autovía que conectara a Asturias con el norte de Portugal. Una autovía que vendría desde La Espina, que treparía por el valle del Somiedo, entre robles y pastores, para salvar la cordillera y encañonarse en el valle del Alto Sil hasta enlazar con la autovía de Toreno. Una autovía que partiendo de Ponferrada, atravesaría los montes Aquilianos para descender a la brava Cabrera de la pizarra y el maquis, y que después, salvando los montes de las oscuras serranías del suroeste provincial, se adentraría en esas tierras de mucha leonesidad zamorana que forman Sanabria. Comarca encantadora, con sus lagos, prados y bosques. Una autovía, en fin, que tras cruzar el río Tera, afrontaría los intrincados repechos que separan Sanabria del planalto de Braganza, donde la capital de Tras Os Montes luce expandida, laboriosa y olvidada. He ido a Braganza muchas veces; es una de mis jerusalenes del noroeste. Acaso la más querida, por pobre y remota. He paseado por Braganza, he ido cuando nadie iba: cuando estaba lejos en el espacio pero, sobre todo, en el tiempo. He visto a parientes de mi abuelo por sus calles. Y a niños que pudieron ser mi padre cuando mi padre era niño. Y casi llegué a verme a mí; no sé si aquel muchacho de pantalón corto que estaba junto a la Domus Municipalis era yo. Braganza, un hermoso fin del mundo. Pero con periódicos de Lisboa al amanecer, porque tiene un aeropuertecito. Braganza, con su catedral modestísima -poco más que una ermita-, y con su posta a mirandesa en los restaurantes pretenciosos y algo horteras. Tiene mucha fuerza geopolítica esta autovía, si la hiciesen. Porque unir a Asturias con Braganza vía Bierzo-Cabrera-Sanabria es una trascendental herramienta que iba a modificar para bien la economía, la sociología, la cultura y la esperanza de cerca de un millón de personas. Logrando una integración transversal de valles y tierras hoy desarticuladas. No habrá en Iberia autopista más revolucionaria. Unir a los mundos desunidos por los siglos de los siglos. Pero sin amén. Así no sea: sea la autovía a Braganza. Sea el nuevo Bierzo conectado norte y sur. Sobre todo, sur. Porque, aún ahora, sigue terminando el asfalto en el Campo de las Danzas. Como hace 40 años. Sería la gran autovía lleunesa del oeste. Literatura y vida.