Camponaraya, una feria de pedigrí
El concurso de perros de caza registra un año más un gran éxito de participación con un millar de ejemplares apuntados que pasearon su hocico por el paraje de El Brazal
Una de las ejemplares participantes en la feria con sus crías
La vigésima tercera Feria de Perros de Caza de Camponaraya reeditó el éxito de ediciones anteriores, con la participación de más de un millar de ejemplares, principalmente, perros de caza mayor. Los participantes provenían de todo el noroeste español y durante todo el fin de semana convirtieron el recinto ferial de Camponaraya en la mayor muestra de caza de la provincia. De hecho, la muestra es ya un referente en toda la zona norte y ha logrado, en estos años, consolidarse como una feria especializada, según apuntó ayer el agente de Desarrollo Local del Ayuntamiento de Camponaraya, Miguel Ángel Álvarez. La exposición que cerró anoche sus puertas tras recibir la visita de miles de aficionados a la caza y amantes de los perros ofreció algunos de sus atractivos más típicos como la prueba de rastreo de jabalí. Perros vencedores Decenas de perros participaron en este concurso que se celebró en el Brazal y cuyo vencedor fue el perro Turbo, de raza sabueso, propiedad de Manuel Menéndez, de Cangas de Narcea. Otro de los grandes referentes de la muestra fue el concurso de belleza que se celebró ayer y cuyo ganador fue el perro Casius de los Tresexter. Un setter inglés propiedad de Rafael Álvarez de Dehesas. Se da la casualidad de que es el segundo año consecutivo que este criador berciano se alza con el galardón al mejor ejemplar de feria. El premio a la mejor rehala fue para un grupo de perros de la raza Basset Azul de Luis Losada, del Barco de Valedoras. El agente de desarrollo local de Camponaraya destacó que el balance de esta nueva edición muy positivo ya que se confirma que la feria se especializa cada año más. De hecho, recalcó que se mantiene el nivel de público aunque ahora es un público más especializado al ser sobre todo cazadores y criadores. También apuntó que los feriantes que completan la muestra son vendedores especializados en todo tipo de artículos de caza y ropa de camuflaje. «Nosotros mantenemos la misma línea en cuanto a organización y espacio que ofrecemos a criadores y cazadores y hemos podido ver que se ha ido especializando y que el público que acude está prácticamente todo relacionado con la caza o aficionados. De alguna forma aquel gran público que había al principio y que nada tenía que ver con la caza se ha ido perdiendo y, sin embargo, se mantiene el número de visitantes», esgrimió Álvarez, quién añadió que este dato es importante ya que demuestra que la feria logra ser un reclamo más allá de las fronteras de la comarca.