Ponferrada revisará su historia y creará un dulce, un vino y un bosque

Un dulce y un vino. Un volumen en tres tomos con la historia completa de la ciudad, viejas fotografías en los mismos lugares donde se tomaron para apreciar los cambios urbanos. Un Festival Internacional de Música y una película documental. Charlas, tertulias, un bosque de encinas y una concentración de mujeres que llevan el nombre del árbol que sirve de emblema a la capital del Bierzo. Las celebraciones del primer centenario de la declaración de Ponferrada como ciudad pretenden abarcar todos los campos posibles, revisar la historia de la ciudad, recordar su vida cotidiana durante el último siglo o recrear a partir de la música y la fotografía un tiempo pasado y todavía reciente para muchos de sus vecinos. La «apuesta por la cultura» del alcalde para su actual mandato se apoyará este año en el programa de actos del Centenario, cuyo adelanto ofreció ayer Carlos López Riesco, junto con la concejal del área, Susana López Téllez, y que arrancará el próximo jueves 10 de abril con la conferencia del escritor César Gavela «De la sociedad tradicional a la sociedad moderna». A la espera de concretar fechas y lugares, y de desarrollar los ocho bloques con más de sesenta actividades programadas en todo el municipio con fondos del presupuesto municipal, pero también con ayudas de la Junta de Castilla y León y de la Diputación, en el programa del centenario destaca la edición de una Historia de Ponferrada en tres tomos, entre una serie de publicaciones que también repasarán la figura de los ponferradinos más que han trascendido a su tiempo, desde Pedro Álvarez Osorio a Isidro Rueda, de Enrique Gil y Carrasco a los Valdés, o la crónica de los últimos cien años de la ciudad. El retrato de la ciudad que fue quedará recogido en cinco exposiciones, entre las que destacan «La ciudad se mueve», con fotografías de la vieja Ponferrada colocadas en atriles en el mismo lugar donde se tomaron para resaltar los cambios urbanos y un recorrido por la obra arquitectónica de Mirones, que edificó buena parte de la ciudad durante el siglo XX. La palabra, el vino y la música La palabra tendrá su lugar con las tertulias quincenales en el Museo de la Radio con personas nacidas antes de 1940, que rememorarán la Ponferrada que conocieron, o las charlas que abordarán aspectos de la sociedad, la economía, la cultura y la religión de los últimos cien años de la capital berciana. El primer centenario de Ponferrada le dará a la ciudad un bosque de cien encinas en La Rosaleda, un dulce elaborado por los confiteros locales, un vino mencía que resulte ganador del II Concurso Internacional de Vinos del Noroeste, un Festival Internacional de Músicas Creativas y fiestas infantiles en los parques. Y no se terminará el año sin mirar a los próximos cien años. Cuando se terminen las celebraciones, un archivo gráfico recogerá en diciembre la crónica del aniversario. Permanecerá cerrado y guardado en el castillo de los Templarios, como si fuera una nueva Arca de la Alianza, y no se abrirá hasta que pasen otros cien años.