LA TRILLADORA
¡Piensa en rosa
QUE VAYAN tomando buena nota sus organizadores, ahora que se acerca una nueva edición de los Micrófonos de Oro, para ver si el año que viene tenemos en Ponferrada a la parejita de moda, Sarkoyes y la Bruni, sin duda abanderados de una nueva ola de amarillismo informativo: la política del corazón. Ya sólo queda ese peldaño por subir; que la urticante «cosa» rosa -me niego rotundamente a llamar prensa a eso- infectase los ya escasos, pero todavía limpios vasos sanguíneos de la denominada información periodística seria y rigurosa, centrada en los hechos, en las opiniones y en los detalles relevantes del devenir diario, no contaminada por la frivolidad, ligereza, chabacanería, falsedad, artificialidad y teatralización del chisme circense, farandulero, borreguil y clara seña de identidad de la involución cultural del género humano. Aquí ya, quien más quien menos, entra al trapo o se deja arrastrar hacia una espiral plagada de banalidades y elementos supérfluos, dejando el timón a merced de protagonismos equivocados que cobran mayor brío gracias al alimento mediático y la preocupante complicidad popular. Está claro que a pesar de la negra crisis que devora nuestro bolsillo, vivimos en un mundo cada vez más rosa, que no de color de rosa. Es patético y a la vez frustrante el tener que soportar como individuos que apenas tienen el graduado escolar se erigen en líderes de opinión, administradores de justicia, promotores de valores y sabios divisores del bien y del mal, cuando lo que realmente promocionan es la venta de sus patrañas, por las que obtienen suculentas cifras pecuniarias, y con las que, más que entretener, debilitan la conciencia crítica de la sociedad hacia sus verdaderas preocupaciones. Sarkoyes realizaba estos días una visita oficial a la Gran Bretaña, y más que de trascendentales cuestiones francobritánicas, a todas horas he leído, escuchado o visto que si la Bruni ésto, que si la Bruni lo otro... Y mientras, aquí, el IPC por las nubes, y a este paso subirá a los cielos. Pero bueno, no vamos a ser alarmistas, a la par que dejemos a un lado el tono de cascarrabias, pues uno está convencido de que si Sarkoyes está dispuesto a boicotear los Juegos Olímpicos de Pekín, eso a buen seguro que no sucedería con las Jornadas Gatronómicas del Bierzo. Y es que entre un rollo de primavera y un buen botillo en invierno...