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Publicado por
JOSÉ A. ÁLVAREZ FIERRO
León

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QUE VAYAN tomando buena nota sus organizadores, ahora que se acerca una nueva edición de los Micrófonos de Oro, para ver si el año que viene tenemos en Ponferrada a la parejita de moda, Sarkoyes y la Bruni, sin duda abanderados de una nueva ola de amarillismo informativo: la política del corazón. Ya sólo queda ese peldaño por subir; que la urticante «cosa» rosa -me niego rotundamente a llamar prensa a eso- infectase los ya escasos, pero todavía limpios vasos sanguíneos de la denominada información periodística seria y rigurosa, centrada en los hechos, en las opiniones y en los detalles relevantes del devenir diario, no contaminada por la frivolidad, ligereza, chabacanería, falsedad, artificialidad y teatralización del chisme circense, farandulero, borreguil y clara seña de identidad de la involución cultural del género humano. Aquí ya, quien más quien menos, entra al trapo o se deja arrastrar hacia una espiral plagada de banalidades y elementos supérfluos, dejando el timón a merced de protagonismos equivocados que cobran mayor brío gracias al alimento mediático y la preocupante complicidad popular. Está claro que a pesar de la negra crisis que devora nuestro bolsillo, vivimos en un mundo cada vez más rosa, que no de color de rosa. Es patético y a la vez frustrante el tener que soportar como individuos que apenas tienen el graduado escolar se erigen en líderes de opinión, administradores de justicia, promotores de valores y sabios divisores del bien y del mal, cuando lo que realmente promocionan es la venta de sus patrañas, por las que obtienen suculentas cifras pecuniarias, y con las que, más que entretener, debilitan la conciencia crítica de la sociedad hacia sus verdaderas preocupaciones. Sarkoyes realizaba estos días una visita oficial a la Gran Bretaña, y más que de trascendentales cuestiones francobritánicas, a todas horas he leído, escuchado o visto que si la Bruni ésto, que si la Bruni lo otro... Y mientras, aquí, el IPC por las nubes, y a este paso subirá a los cielos. Pero bueno, no vamos a ser alarmistas, a la par que dejemos a un lado el tono de cascarrabias, pues uno está convencido de que si Sarkoyes está dispuesto a boicotear los Juegos Olímpicos de Pekín, eso a buen seguro que no sucedería con las Jornadas Gatronómicas del Bierzo. Y es que entre un rollo de primavera y un buen botillo en invierno...