Diario de León

La voz de Carnicer en otras bocas

Literatos y amigos rindieron tributo al autor de « Dónde las Hurdes se llaman Cabrera» en un acto organizado por el IEB en el Teatro Villafranquino y que hoy se traslada a Ponferrada

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P. Díaz - corresponsal | villafranca
León

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«Mientras todos estemos recordando a Ramón, Ramón permanecerá entre nosotros». «Su figura llena, llenará y seguirá llenando un espacio de la historia de Villafranca, de la historia literaria en particular, pero de la historia, simplemente, en general». Frases como éstas, pronunciadas por literatos, estudiosos de su obra y figura, amigos, familiares y vecinos, llenaron ayer el Teatro Villafranquino durante el homenaje póstumo que, de la mano del Instituto de Estudios Bercianos, se tributó al gran escritor y profesor Ramón Carnicer en su localidad natal. Antonio Pereira, Luis del Olmo, Pedro Trapiello, Nicolás Miñambres y José Antonio Iglesias en una mesa redonda y Yolanda Ordás, Luis Núñez, Santiago Castelao, Ramón Cela, Hernán Alonso y Serafín Bodegón en otra fueron, entre otros, los encargados de glosar, a través de sus recuerdos, de sus escritos, sus libros y fotografías, la figura de Ramón Carnicer desde diversas perspectivas, como amigo, como escritor y como persona. «Ha sido un escritor completísimo, íntegro, amante de su pueblo y con un espíritu ético extraordinario y no escribía por escribir, ni buscaba triunfos vanos, sino que tenía un sentido moral de muchos quilates», destacó Antonio Pereira, para quien Carnicer «sigue vivo en sus libros». Recordó su amistad, especialmente aquella que cultivaron a través de sus cartas. «Como amigo era un amigo que tenía una gran virtud y un gran defecto. Un gran defecto que era que inherente a esa gran virtud. Él se entregaba a la amistad y como se entregaba de aquella manera exigía que todos le pagásemos en la misma moneda», recordó Pereira. En cualquier caso, fueron sus libros otros de los grandes protagonistas de la jornada. Unas obras que ponen de manifiesto que estamos ante unos de los mejores escritores leoneses en prosa de los últimos 50 años y que hizo patria chica de su pueblo natal, del Bierzo y de León en todos los lugares por donde pasó, especialmente durante sus últimos años en Barcelona. Así lo recordaron precisamente sus familiares, la que fue la mujer de su vida, Doireann MacDermott, y su hijo Alonso Carnicer. «Se acordaba mucho de la gente, de Villafranca y del Bierzo en general, ya que, aunque había vivido tantos años fuera, formaban una parte esencial de vida», señaló Alonso Carnicer, para quien la mejor forma de recordar su padre es a través de sus libros. «Leer su obra es la mejor forma de recordar a un escritor», concluyó.

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