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| Crónica | En la taquilla de la Gala de los Micrófonos de Oro |

Entradas para casi trescientos

Setenta y tres afortunados pudieron comprar hasta cuatro pases para la cena del sábado en una jornada marcada por los madrugones, el frío, y el cabreo de quienes perdieron el día

Erika Fernández, de Bembibre, fue la primera en comprar cuatro entradas para la gala del sábado

Publicado por
Carlos Fidalgo - ponferrada
Ponferrada

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Erika Fernández llegó a la taquilla del pabellón del Toralín a las cinco y media de la mañana con un termo de café y una manta y se echó en el suelo para esperar al amanecer. Erika tiene 20 años, vive en Bembibre, y no le importó darse el madrugón para desplazarse a Ponferrada y comprar las cuatro primeras entradas para acudir el sábado a la gala de entrega de los premios Micrófonos de Oro. Junto a ella, otra docena de vecinos de la capital del Bierzo Alto también se presentaron de noche ante las taquillas del pabellón y tuvieron la fortuna de estar entre los 65 personas que entre las ocho y las once de la mañana recibieron un número para no tener que guardar cola hasta la apertura de las taquillas a las cinco de la tarde. Otra treintena de personas no tuvieron la misma suerte y fiándose de la información difundida desde el Ayuntamiento, aguardaron inútilmente el resto del día para quedarse sin entrada. El rumor de que el actor Miguel Ángel Silvestre, el popular El Duque de la serie de televisión Sin tetas no hay paraíso , asistirá a la gala, llevó a Erika a plantarse en el Toralín cuando todavía era noche cerrada. «¿Y si no viene?», le preguntan. «Pues iré igual con mis padres y con mi novio», responde un poco descolocada, pero feliz con las cuatro entradas. El rumor también había llegado ayer a los oídos de Alba Carrera, una extremeña de 16 años y con familiares en Ponferrada, que fue la tercera en comprar sus entradas y también desafió al frío en la taquilla del Toralín. A Alba le gusta la sensación del momento y cuando le pregunta por Eduardo Noriega, que recibirá un Micrófono por su trabajo como actor, se encoge de hombros con indiferencia. Cabreo y falta de información Cabreada estaba la profesora Irma Menéndez y una treintena de personas que guardó cola en algunos casos desde media mañana, después de que la organización repartiera 65 números a los primeros que se acercaron al pabellón. Menéndez estaba indignada porque el Ayuntamiento no informó de esta circunstancia. «Si dicen que la taquilla abre a las cinco, que no den números antes o que avisen», se quejaba. Al final, y tras algunas ausencias en la cola y un nuevo reparto, fueron 73 las personas que se llevaron casi trescientas entradas. La gala servirá a dos mil comensales.