| Reportaje | Fuenteovejuna en Cabañas Raras |
«Compartían el pan con las ratas»
Después de vivir cuatro meses en una cuadra a pan y agua, dos marroquíes denuncian a un compatriota que les trajo al Bierzo como pastores supuestamente a cambio de 10.400 euros
Durante cuatro meses pasaron hambre y frío en la misma nave del ganado que guardaban y nunca se atrevieron a matar un cordero para alimentarse. Se llaman Abdelouahad Elouafi y Said Oulahmou y llegaron al Bierzo desde el centro de Marruecos a finales del pasado año con un permiso de residencia y un contrato de trabajo para cuidar ganado en Cabañas Raras después de pagar supuestamente 10.400 euros a un intermediario de su mismo pueblo. Los dos han pasado el invierno durmiendo sentados sobre colchones infectos, cobijándose con plásticos, sin recibir ningún sueldo, y sin más alimento que el pan que recogían en el negocio de un vecino de la localidad por encargo de su compatriota. Sólo la llegada desde Italia del hermano menor de uno de ellos, Abdelmalek Elouafi, avisado de las condiciones infrahumanas en las que vivían, y la solidaridad de vecinos de Cabañas Raras, ha permitido a Elouafi y Oulahmou salir del establo y habitar desde hace un mes una vivienda de alquiler. Ambos ya han denunciado ante la Guardia Civil a Mohamed C, el hombre que los trajo a España y que supuestamente les habría pedido otros 4.000 euros para regularizar su situación ante la Seguridad Social. Abdelaouahad Elouafi y Said Oulahmou no saben hablar castellano. Los dos tienen 34 años, aunque su extrema delgadez les hace parecer mucho más viejos. Oulhamou llegó a Cabañas para trabajar como pastor en noviembre después pasar una corta temporada en una empresa de construcción en Lugo, el empleo con el que viajó a España desde el pueblo marroquí de Dr Ait Wisaadane, en el municipio de Taggirte. En Cabañas se encontró con el mayor de los Elouafi, que viajó desde el mismo pueblo de Marruecos supuestamente tras pagar la misma cantidad de dinero al mismo intermediario. En su denuncia ante la Guardia Civil, que investiga un supuesto delito contra los derechos de los trabajadores, afirman que durante el tiempo que permanecieron cuidando un rebaño de 300 ovejas no recibieron ningún sueldo, salvo las barras de pan con las que se alimentaban. «Compartían el pan con las ratas», explicaba ayer en italiano quien ha sido su primer valedor, Abdelmalek Elouafi, de 27 años, que dejó su trabajo en Bérgamo cuando su hermano le contó por teléfono lo mal que vivía en España y se plantó con los dos en el cuartel de la Guardia Civil de Ponferrada. Con la ayuda del vecino en cuyo negocio recogían el pan y de otra vecina que les finalmente les ha alquilado una vivienda -ambos han preferido permanecer en el anonimato y ruegan que no se difunda la ubicación de la casa para evitar que el intermediario pueda localizar a los tres marroquíes- la situación de los dos pastores, que no tenían ropa ni lugar donde asearse, y del hermano que viajó desde Bérgamo, ha terminado por conocerse en todo Cabañas. El Ayuntamiento les ha incluido en su bolsa de empleo para ayudarles a buscar trabajo después de empadronarles y los concejales acordaron el viernes donarles 540 euros de sus asignaciones para el alquiler de la vivienda. Cáritas y el Banco de Alimentos del Sil también les han acercado comida. ¿Y el rebaño? Los vecinos cuentan que otro marroquí saca las ovejas a pastar de vez en cuando, pero no se queda nunca a dormir en el establo.