Diario de León

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Garzo hace hablar al minotauro

El Premio Nacional de Narrativa, Nadal y Miguel Delibes presentó ayer en Ponferrada su última novela, «El jardín dorado», una peculiar visión sobre el mito griego

Gustavo Martín Garzo, ayer firmando su última novela en el pub Minotauro del barrio de La Rosaleda

Gustavo Martín Garzo, ayer firmando su última novela en el pub Minotauro del barrio de La Rosaleda

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Manuel Félix - ponferrada
Ponferrada

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El vallisoletano Gustavo Martín Garzo (1948) hizo hablar ayer al minotauro en el Bierzo. Y habló al presentar su última novela El jardín dorado , una obra en la que con su narrativa ofrece otra forma de ver el mito griego de cuerpo humano y cabeza de toro. El reconocido escritor, que en su haber cuenta con el Premio Nacional de Narrativa (1994) por la novela El lenguaje de las fuentes ; con el Premio Nadal (1999) por Las historias de Marta y Fernando o el Miguel Delibes (1995) por su novela Marea oculta , publicada el año anterior, eligió una sala de fiesta nocturna de Ponferrada, Minotauro, para rememorar y recrear con palabras el mito eterno de la civilización cretense. «Se trata de una recreación muy particular», expresaba el psicólogo Martín Garzo convertido en literato profesional y sorprendido, gracias a los premios nacionales. La mitología griega ha abundado en el celo de los dioses y la decisión de Poseidón de castigar al rey Minos, creando un toro blanco y dejarlo pastar en las llanuras de Creta. Luego llega el enamoramiento de la reina de dicha criatura y las «calabazas» que ésta recibe, teniendo que ingeniárselas para llegar a él. Recurre a Dédalo, el constructor del laberinto tras la creación de una vaca de madera que es cubierta por el toro y fruto de dicha unión sale el minotauro. Luego está el ovillo de Ariadna y demás episodios mitológicos. Pues bien, Garzo, como en cualquier creación literaria que surge ante la existencia de preguntas, lo que aborda en este nuevo libro es dar respuesta a la pregunta de porqué existía ese silencio ante el personaje mitológico del minotauro. «Un minotauro es un monstruo privado de humanidad, de lenguaje, que no puede contar lo que pasa, -expresa Martín Garzo-, y entonces, yo no podía hacer hablar al minotauro, y eso lo puede hacer el amor, que es Ariadna, la hermana del minotauro; ella hace el relato». En realidad quien habla, según Garzo es el propio minotauro. Dice el escrito que estos monstruos se encuentran en el umbral de lo humano, y se acercan fascinados al mundo del hombre. «Están pidiendo algo que el hombre no se lo sabe dar», concluye el escritor, quien se reserva el golpe fuerte de esta nueva novela. Por eso, el vallisoletano reivindica en el minotauro su tragedia y su belleza. «El minotauro es un poco el cuerpo, el mundo del deseo; representa la vida, porque vivimos en la medida que deseamos», sostiene, al tiempo que cree que el laberinto es también una metáfora de la vida del hombre. «No sabemos a dónde ir. Estamos perdidos, pero tenemos que aprender a amarlo, y para ello están las palabras», resume.

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