La «actuación discrecional» del inspector originó la suspensión

La concejal de Medio Ambiente y responsable del matadero municipal, María Encina Pardo, atribuyó ayer a la «actuación discrecional» de una persona la orden de suspensión de actividad de las instalaciones de La Martina. Horas antes de que el delegado de la Junta confirmara la reapertura del centro, Pardo mostró su sorpresa por que la decisión de suspender su actividad se tomara cuando el Ayuntamiento ya había remitido el pasado viernes -el delegado territorial lo recibió el lunes- el informe con las propuestas para reformar el matadero a la espera de que el Consejo del Bierzo construya una instalación comarcal. «El Ayuntamiento subsanará las deficiencias en cuanto la Junta nos responda», aseguraba a media mañana la edil ponferradina, tras reunirse con la empresa Rogelio Ramos para remitir a la Junta la petición para que levantara la suspensión. Por la tarde, Eduardo Fernández, anunciaba que la propuesta del Ayuntamiento y de la concesionaria le parecía «razonable» y animaba a emprender la reforma que es necesaria. Fernández explicó que la orden de suspensión de actividad había partido del jefe del Servicio de Veterinaria de la Junta y no de él. El delegado territorial se mostró convencido de que la actuación del funcionario, realizada el mismo día en que la delegación recibía el documento con la propuesta de reforma, habría detectado las mismas deficiencias que durante la última inspección porque no ha habido tiempo de llevar a cabo la mejora acordada durante su reciente entrevista con el alcalde.