El Bierzo 2007 resulta excelente

Los vinos de la Denominación de Origen Bierzo del 2007 saldrán al mercado con una de las mejores vitolas de calidad de toda su historia. El comité de cata del Consejo Regulador, que se reunió ayer por la mañana en la sede de Cacabelos para someter a un último examen a los tintos, blancos y rosados de la cosecha más reciente, concluyó que ésta merece la calificación de «excelente». Este sello de extraordinariedad sólo había acompañado hasta ahora a las cosechas de 1987 y 1992 -catalogadas como excepcionales- y a la del 2005 conceptuada asimismo como excelente. El resto de las cosechas de la Denominación de Origen Bierzo han sido calificadas siempre como buenas o muy buenas, salvo la del 93 que carga con el oprobio de haber resultado regular. Los expertos que componen el comité de cata destacaron sobremanera la complejidad cada vez mayor que se está tejiendo en la elaboración de los blancos. Los Bierzo 07 que llegarán al mercado en esta categoría resultarán, según los enólogos, «vinos frescos, vivaces y aromáticos, muy frutales y con las características varietales bien definidas». El cuanto a los tintos, la última añada se caracteriza en el argot de los catadores por sus «colores intensos, con aromas de alta intensidad, expresivos y varietales de mencía, donde la fruta está muy presente». «Al llevarlos a la boca», recoge la nota de cata difundida por el Consejo Regulador, «se nota la estructura glicérica, que transmite un paso sedoso y aterciopelado y con una sensación de untuosidad». Se alaba además su «redondez, equilibrio y vivacidad». El presidente del Consejo Regulador, Alfonso Arias, se confesó exultante por el resultado de la cata y comentó que la calificación de excelente supone un nuevo aval para la añada 2007 con vistas a la comercialización. Arias resaltó el trabajo excepcional que se está realizando desde el viñedo hasta las bodegas, con un nivel tecnológico cada vez más alto. En último término, los rosados, según la misma nota de cata, se identificarán por sus «colores rojos brillantes», su aromas a «frutas rojas, fresas y frambuesas» y sus sensaciones golosas en nariz y aterciopeladas en la boca. La calificación de excelente coincide con los presagios de la mayoría de los vinicultores durante la vendimia, que ya anticiparon que a la vista de la calidad sanitaria de la uva las elaboraciones podrían resultar magníficas, también con la perspectiva de la crianza.