El atropellado en Huelva es sindicalista de Endesa y realizaba una ruta ciclista

El fallecimiento la noche del jueves de un ponferradino en un accidente de tráfico en Huelva, provocado por un todoterreno que poco antes había sido robado por dos rumanos, trascendió ayer la esfera de la privacidad. La víctima, Ramiro Rivera Pérez, de 48 años, era conocido en la capital berciana por su actividad sindical como delegado de CC.OO. en la central de Compostilla II y miembro de las direcciones tanto provincial como regional de la Federación Minerometalúrgica del sindicato. Rivera, según pudo conocer ayer este periódico, se encontraba en Huelva, sin embargo, disfrutando de unas jornadas de descanso en su actividad profesional como operador de cuadro en los grupos 4 y 5 de la térmica de Endesa en Cubillos. Unos paréntesis que el infortunado empleaba para disfrutar del solazamiento que más le atraía, la realización de rutas en bicicleta. En uno de estos trayectos ciclistas, precisamente, fue en el que le sorprendió la muerte en las proximidades de Punta Umbría. A él y a las otras dos personas que ocupaban el vehículo contra el que colisionó, hacia las 20.30 horas del jueves, un potente todoterreno marca Audi Q-7 que había sido robado diez minutos antes en la población de Palos por dos ciudadanos rumanos. Colisión brutal El Q-7, sustraído a un vecino de la citada localidad, chocó frontalmente en un cruce contra un Honda Accord en el que viajaba su propietario y una mujer rumana que había recogido poco antes en una finca fresera donde hacía auto-stop. Como consecuencia del brutal impacto entre el todoterreno y el turismo, éste último recorrió una trayectoria de más de veinte metros en la que alcanzó fatalmente la bicicleta que conducía Ramiro Rivera. Aunque inicialmente se especuló con la posibilidad de que el sindicalista se encontrara en la zona por razones laborales, lo cierto es que se había desplazado hasta Huelva para disfrutar de su afición por el ciclismo. Ese mismo día se había alojado en un hostal de Palos de la Frontera y una vez acomodado, según constató este periódico, se decidió a emprender el trayecto sobre dos ruedas entre la mencionada localidad y la de Mazagón. Intento de fuga La intervención de la Guardia Civil fue fulgurante, puesto que el dueño del Q-7 robado denunció el hecho de inmediato. Pero cuando un grupo de vecinos alertó a los agentes de la dirección en la que circulaba el todoterreno la patrulla ya sólo encontró la escena dantesca del accidente. Los dos ocupantes del Audi Q-7, que resultaron heridos, fueron detenidos por los guardias pese a que intentaron darse a la fuga. Ayer fue arrestado un tercer hombre de origen africano como presunto cómplice de los dos autores del robo y causantes del triple accidente mortal.