LA TRILLADORA
Cortesanía para todos
CUANDO menos llama poderosa e irritablemente la atención la actitud y la acción emprendida por las Cortes autonómicas con dos infraestruturas de comunicación que nos afectan, la una, sobre la que se ha hablado durante años y años hasta pasar de rosca el asunto y dejarlo en un actual estado de auténtica indefinición e incertidumbre; la otra, de reciente aparición en foros públicos, pero que ha logrado en un abrir y cerrar de ojos lo que la anterior lleva persiguiendo desde la génesis de su debate, que ya data de dos largas décadas. La una no es otra que la comunicación en condiciones entre Asturias, Laciana, El Bierzo y Portugal; y la otra es una, la también conexión por autovía entre León y la localidad portuguesa de Bragança. Después de asistir a un penoso espectáculo ofrecido por los gobiernos autonómico y central durante la pasada legislatura respecto a la ya no sólo manida, sino hondamente vilipendiada futura autovía entre Asturias y El Bierzo, con bizantinas discusiones de patio de colegio con el verdadero fin de mover algún dedo y no la mano, uno asiste ahora con cierta perplejidad a la postura «ejemplar» adoptada en el Parlamento de la Comunidad para iniciar con paso firme la estrategia de cara a la consecución de la nueva conexión entre la capital leonesa y la localidad portuguesa - ¡ Manda carallo en La Habana !, como decía un colega gallego-. Es decir, PP, PSOE y UPL, los tres partidos con representación en las Cortes, se unen para que la Junta inste al Gobierno central a que ambas administraciones cofinancien el proyecto de viabilidad de dicha infraestructura viaria. Claro, y ahora desde la Consejería de Fomento nos dirán que en innumerables ocasiones han ofrecido -por carta y ante un micrófono o grabadora mayormente- su colaboración a los ejecutivos de Zapatero y Areces para colaborar económicamente en los estudios de la autovía entre Asturias y El Bierzo. Ya, pero es que el matiz es el matiz, y menudo matiz: para la León-Bragança hay una voluntad unánime de todos los partidos a través de una iniciativa parlamentaria. No es lo mismo, como canta Alejandro Sanz. Y a todo ésto, algo tendrán que decir -aunque levanten la mano desde su poltrona- nuestros procuradores bercianos. Porque si de solidaridad interterritorial hablamos, algo que gusta tremendamente a los políticos, ya nos dirán si ésta encaja más clara y prioritariamente con la autovía que, al menos en el interior de cada uno, todos sabemos. Ojalá algún día tenga que tragarme esta columna de opinión. Lo haré con gusto y sin 'Almax'.