¡A currar!

ESTA SEMANA, aprovechando el furor futbolístico de la Eurocopa, la Unión Europea nos ha colado a los trabajadores un espectacular gol por toda la escuadra. Ni más ni menos que prolongar la semana laboral por encima de las 48 horas, dando al traste con una conquista laboral obtenida en 1917, tras años de lucha y reivindicación a partir de la revuelta de Chicago de 1886. Se trata, pues, de retroceder hasta el siglo XIX, de manera que cada Estado pueda modificar su legislación para prolongar la semana laboral hasta las 60 horas en los casos generales y hasta las 65 en casos particulares como el de los médicos, a los cuales ya no se les consideraría como laboral el tiempo que permanecen inactivos o descansando durante las guardias. Perplejos andan estos días los galenos y las galenas; era lo que les faltaba. Sin embargo, aún hay margen de maniobra, pues esta propuesta no se someterá a votación en el Parlamento europeo hasta mediados de noviembre. En España, todos los partidos políticos, excepto el PP, que, como es lógico, defiende los intereses de los empresarios, se han mostrado contrarios a esta ampliación de la semana laboral. Incluso la UPyD de Rosa Díez también ha calificado de «retroceso histórico» la medida y se ha comprometido a apoyar al Gobierno para evitar que semejante propuesta salga adelante. Y los sindicatos, esas organizaciones que manejan hábilmente los empresarios para tener controlados a los trabajadores, también han mostrado sus quejas; lástima que su discurso, como casi siempre, suene hueco y poco fiable. Más de fiar parece la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos, que ha advertido de que, si finalmente se aprueba, van a convocar una huelga en Europa. Pero esta ampliación de las horas de trabajo también afecta a otras mejoras sociolaborales recién adquiridas o en proceso de desarrollo, como es todo lo relativo a la conciliación de la vida laboral, familiar y personal. Es otro de los motivos que animan al PP a estar de acuerdo con la propuesta de la UE, pues sus dirigentes entienden que les viene de perlas para dinamitar en buena medida los avances sociales promovidos por el gobierno de Zapatero. Por cierto, la empresa LM Glasfiber está tan entusiasmada con esta propuesta de la UE que ni siquiera va a esperar a que entre en vigor, pues acaba de comunicar a sus empleados que se preparen para trabajar sin tregua de lunes a domingo, pues el descanso y el ocio no conducen más que al embrutecimiento de las personas. Hay que producir, que ya disfrutarán otros.