La Junta asegura que se ha conseguido detener el avance de la plaga en las fincas del Bierzo
Las prospecciones avalan la contención del fuego bacteriano en los frutales
Los técnicos creen que hay que mantener la guardia alta y proseguirán con los controles
El enólogo y socio de la nueva bodega, Javier Vázquez
Las primeras prospecciones en frutales del Bierzo realizadas durante las últimas semanas por técnicos de la Junta de Castilla y León descartan nuevos brotes de fuego bacteriano en la comarca. De momento se han controlado fincas en Ponferrada, Cabañas Raras y Congosto. Y en estos días se inspeccionarán los frutales de Carracedelo. No obstante, el Gobierno autonómico advirtió que no se puede dar por erradicada la temible plaga, que el pasado año obligó al arranque y quema de 24.000 árboles frutales en la comarca. De hecho, el jefe del Servicio Territorial de Agricultura de la Junta en León, Fidentino Reyero, aseveró ayer: «No se puede bajar la guardia». Hasta el mes de noviembre, diez de los doce equipos técnicos con los que cuenta el Servicio Territorial de Agricultura en León trabajarán en el control y supervisión de todas las fincas de frutales del Bierzo. El procedimiento es simple, según detalló Fidentino Reyero. Los grupos realizan un reconocimiento exhaustivo de cada parcela y ante la más mínima sospecha, los técnicos recogen muestras que después son remitidas al laboratorio de Aldearrubia en Salamanca. Ayuda del Gobierno central Reyero supervisó ayer las labores de prospección en una finca de Carracedelo. En su visita al terreno estuvo acompañado por el delegado territorial de la Junta en León, Eduardo Fernández, y la coordinadora para el Bierzo, Silvia Franco. Fernández destacó el importante trabajo de estos equipos técnicos y advirtió que aún siguen abiertos dos frentes para atajar definitivamente esta enfermedad. Se trata del arranque de las fincas abandonadas y que los Ayuntamientos del Bierzo eliminen las plantas ornamentales que puedan propagar esta plaga. En este sentido, el delegado territorial anunció que el Ayuntamiento de Ponferrada ya había llevado a cabo el arranque de estas especies. Fernández también insistió en la necesidad de que el Gobierno central ofrezca más ayudas a los fruticultores afectados por el fuego bacteriano. De lo contrario, cree que muchos desistirán de su intención de replantar. En el balance de actuación ofrecido ayer se confirmó que, en 2007, la aparición de los primeros brotes de fuego bacteriano en el Bierzo obligaron al arranque de quince hectáreas de aprovechamiento frutícola.