Valores que pintan mucho

En la avenida de los Escritores de Ponferrada, muy cerca del Museo del Ferrocarril, una escopeta dispara agua para regar un campo de flores. «¿Y eso que significa?», le pregunta el periodista a Elisa, que sólo tiene 12 años y la camista manchada de pintura plástica. «Que la muerte también puede significar vida», responde con desparpajo provocando la algarabía de sus compañeros de pupitre del colegio Peñalba, tan coloreados algunos como las paredes del muro que llevan toda la mañana dibujando con mensajes que llaman a la solidaridad, al respeto, a la igualdad y al cuidado de la naturaleza. Como Elisa, otro medio millar de escolares, algunos de no más de siete años, de 14 colegios de Ponferrada dejaron por un día las aulas para convertirse en artistas callejeros. A pocos días de las vacaciones, y siguiendo los diseños de la pintora Jacqueline Gallardo y del profesor del colegio rural agrupado de Toral de Merayo, Miguel Ángel Cabero, los escolares se embadurnaron, rieron, y los más curiosos preguntaron por el significado de todo aquello, en una actividad organizada por el Consejo del Bierzo. La institución ha contado con el apoyo de la empresa Ferpi, que ha cedido los muros y la pintura, Aquagest, que pagó camisetas y gorras, y Coca Cola, que puso los refrescos. La Policía Local mantuvo además un perímetro de seguridad en torno al solar antiguamente ocupado por viviendas del poblado de la MSP para que el tráfico no estorbara a los más pequeños. A media mañana, el propio presidente del Consejo del Bierzo arriesgaba la integridad de su traje de raya diplomática para dejarse llevar por los más pequeños. Además de las armas que disparan flores, a José Luis Ramón le llamó la atención que uno de los mensajes que Gallardo y Cabero han tratado de inculcar a los pequeños dejara claro que para cambiar el mundo no hacen falta superhéroes. «Son valores importantes cuando un niño se está formando», aseguró. Cabero tenía claro que si los que hoy son niños mantuvieran mañana los mismos valores que parecen haber asimilado, brocha en la mano, el mundo sería seguro un lugar mejor donde vivir. «Lo que hay que ver es si cuando vayan creciendo, estos valores se convierten en principios sólidos de comportamiento», dijo. Lo que no se puede negar es que Ainhoa, Coral, Kenia, Stid o Elena, del colegio Peñalba, o Teo, Alejandro, Lorena, Sheila, Miguel, Santi o Cristina, del colegio Virgen de la Encina de Flores del Sil, por citar algunos de los 500 escolares, disfrutaron ayer como niños que son dibujando mensajes solidarios en una pared.