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El Ayuntamiento ya se ha puesto en contacto con la Diputación para el suministro de agua potable

La Junta detecta en Oencia un nivel de arsénico cuatro veces superior al legal

El delegado de la Junta alerta a los vecinos de que el agua de la traída «no se puede beber»

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Abigail Calvo - borrenes
León

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Un bando municipal informa a los vecinos del pueblo de Oencia que no pueden consumir el agua del grifo. Así lo confirmaron ayer el delegado de la Junta, Eduardo Fernández, y el alcalde, José Estanga. Los últimos análisis realizados por el Ejecutivo autonómico detectaron un nivel de 37 microgramos de arsénico por litro, lo que casi cuatriplica el índice permitido por la Unión Europea, que lo fija en diez. Fernández fue rotundo: «El agua no se puede beber». Desde el mes de febrero se han detectado altos niveles de arsénico en doce localidades leonesas, cuatro de ellas de la comarca del Bierzo, aunque la más afectada ha sido Nistal de la Vega, en la Maragatería, donde continúan bebiendo agua en garrafas desde que comenzaron a detectarse los casos. La sequía de los primeros meses del año se ha apuntado como posible causa del incremento del nivel de arsénico en el agua. Estanga ya se ha puesto en contacto con la Diputación para el suministro. Dos son las posibilidades, por un lado la limpieza del depósito, para después verter el agua de los camiones cisterna de la Administración provincial, o garrafas para los vecinos. Entre las previsiones, también está hacer una nueva traída de un manantial de la sierra o «volver a coger agua de las fuentes». Eduardo Fernández apostó por arbitrar medidas para garantizar el abastecimiento de agua potable a la localidad y alabó la labor de la Diputación provincial. El delegado también añadió que si es necesario realizar obras en el pueblo que el Ayuntamiento no pueda sufragar por su elevado coste (son los municipios los que tienen asumidas estas competencias) la Junta colaborará económicamente para que se consiga una solución técnica. El regidor señaló que además del arsénico se había detectado una bacteria. «El agua llega al pueblo de tres traídas y una ya se ha cortado porque en ella bebían las vacas», apuntó Estanga, que añadió que ésta podía ser una de las causas contaminantes. Ahora resta analizar las otras dos. En la actualidad cien personas residen en la localidad de Oencia, aunque en verano la población se cuatriplica.