Los vecinos, asustados
Raquel Barrera llegó a Oencia el miércoles y sus vecinos la alertaron: «No bebas agua». Acaba de llegar de Barcelona para preparar el verano en su pueblo y de pronto todos los vecinos «están muy asustados» por el caso del arsénico en el agua, tras los análisis realizados por la Junta de Castilla y León. Esta mujer de 60 años apunta que algunos de sus vecinos ya han comprado agua embotellada en Ponferrada y que los que tienen coche acuden hasta una fuente que hay en el monte; aunque esta acción se complica para los mayores y sin vehículo, porque el manantial está a más de una hora de distancia del pueblo si se tiene que ir andando. Su vecina Dolores Otero tiene 80 años y aunque ha dejado de beber el agua del grifo después de que el alcalde pusiera un bando continúa cogiendo agua de la fuente que está cerca de su casa. «La gente piensa que esto es mentira porque ya pasó hace años», apunta la octogenaria, que asegura que usa el agua del grifo para fregar y cocinar. El diputado de Medio Ambiente, José Antonio Velasco, confirmó ayer que no hay ningún problema si se usa el agua para cocinar.