Diario de León

Oencia presentará el lunes en la Diputación las dos nuevas traídas

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El alcalde de Oencia, José Estanga, se desplazará el lunes hasta el Palacio de los Guzmanes para entregar el proyecto que permitirá ejecutar dos nuevas captaciones de agua para la cabecera de municipio, después de que los últimos análisis realizados por la Junta de Castilla y León y la pedanía detectaran altos índices de arsénico. El jueves, fuentes de la Diputación provincial aseguraron que se harían cargo de esta ejecución de abastecimiento, pero que aún no habían recibido ni la memoria ni el proyecto. Estanga indicó ayer que el técnico del Ayuntamiento está desarrollando el proyecto, aunque aún no tiene un presupuesto. El alcalde popular explicó que las dos opciones para mejorar el suministro de la localidad eran ejecutar dos nuevas traídas, una del manantial de Toledo y otra de As campas da Bella. En el caso de la primera, los resultados de arsénico la sitúan en el límite fijado por la Unión Europea. Los últimos análisis, realizados por la junta vecinal, cifraban en diez el nivel de arsénico pero aún así el agua no era potable, porque precisaba de cloración. En este sentido, José Estanga destacó que el proyecto que está preparando el técnico municipal contempla la instalación de una cloradora automática. Además, es preciso ensanchar el tubo para que el agua que procede de este manantial sea capaz de abastecer a los cien vecinos que habitualmente residen en la localidad en invierno a los cuatrocientos que se acercan en verano. Cerca de 20 días A pesar de que no existe un presupuesto, José Estanga aseguró que los cálculos realizados junto con el delegado de la Junta, Eduardo Fernández, cifraban el proyecto en los cien mil euros. El alcalde también quiso tranquilizar a los vecinos y señaló que el manantial de As campas da bella también ha sido analizado para confirmar que el agua sea apta para el consumo humano. Aún así, añadió que la Diputación provincial continuará suministrando garrafas de agua periódicamente hasta que se solucione el problema del abastecimiento. Los análisis realizados por la Junta de Castilla y León a mediados de junio detectaron que el agua de Oencia tenía un nivel de arsénico cuatro veces superior al permitido por la ley. Después, los contranálisis de la junta vecinal, que también incluyeron la fuente que está en el centro del pueblo, detectaron que las traídas de Harruso y de las Lameiras tenían niveles de 35 y 22 microgramos por litro. La captación de Toledo y la fuente del Terrado se quedaron justo en el límite, con diez microgramos. Los vecinos llevan así más de quince días.

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