Se ha hecho justicia

ESTAMOS muy contentos de que se haya hecho justicia y que por fin se haya demostrado que hubo negligencia por parte del guarda forestal Fernando Blanco Gutiérrez. Cualquier agente forestal al mando de una brigada de incendios debe saber prevenir el efecto chimenea dadas las características que tenía la vaguada, como eran la pendiente del terreno, el matorral seco, la dirección del viento y las altas temperaturas de ese día de agosto. Se ha demostrado que el efecto chimenea era totalmente previsible. Allí no había nada que defender. El agente forestal los metió en una vaguada sin salida, en una olla a presión. Deseamos que nunca más vuelva a suceder. Aquel 28 de agosto nos llamaron diciéndonos que mi hermano había sufrido un accidente y que estaba en el hospital, cuando ya había fallecido. Nadie nos informó de nada. Estuvimos en el hospital horas y horas esperando alguna noticia. Desde el primer momento nos sentimos abandonados por parte de la Junta de Castilla y León. Fue la propia Guardia Civil la que nos informó del fallecimiento de mi hermano. La mala noticia fue retransmitida por el teletexto antes de ser comunicada a los familiares.