«Peor que una ratonera sin escape»

«Una vida no se paga con dinero», decía ayer María Eugenia Brañas, hermana del brigadista fallecido. La sentencia pone fin a ocho años de zozobras para la familia Brañas, abre el camino a una indemnización similar para la familia de Manuel García, y supone sobre todo un respaldo moral para los allegados de dos trabajadores forestales que han echado de menos el apoyo de la administración en este tiempo. María Eugenia ha subido dos veces al lugar donde murió su hermano y sigue sin explicarse porque recibieron la orden de descender por la vaguada. «Es un sitio terrible. Peor que una ratonera sin ninguna escapatoria». Ahora espera que la sentencia sirva de ejemplo y que su madre -«ha sido una madre coraje», dice- encuentre algo de paz.